Exlíder del FMLN alerta de violencia anárquica sin paz integral en Colombia

  • Un acuerdo de paz en Colombia debe abordar todas las desigualdades sociales para evitar que del conflicto armado actual se pase a una "violencia anárquica", alertó hoy Joaquín Villalobos, antiguo dirigente de la guerrilla salvadoreña.

Bogotá, 29 may.- Un acuerdo de paz en Colombia debe abordar todas las desigualdades sociales para evitar que del conflicto armado actual se pase a una "violencia anárquica", alertó hoy Joaquín Villalobos, antiguo dirigente de la guerrilla salvadoreña.

Villalobos, que fue jefe político y militar del Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP), uno de los grupos armados de la guerra civil salvadoreña (1979-1992), participó hoy en el foro "Sociedad civil y postconflicto: una mirada a experiencias internacionales", que debatió el escenario colombiano tras un eventual acuerdo de paz con las FARC.

El dirigente, que fue uno de los firmantes de los acuerdos de paz salvadoreños como representante del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN), advirtió sobre la necesidad de reconocer que un conflicto político esconde detrás graves desigualdades sociales que deben ser atendidas.

En su exposición, Villalobos se refirió a la transición de una "violencia organizada" propia de un conflicto armado con actores claramente identificados, hacia una "violencia anárquica" que tras la paz en El Salvador apareció con pandillas juveniles conocidas como "maras".

Conformadas por inmigrantes centroamericanos en Estados Unidos para defenderse de otros grupos étnicos, estas pandillas pasaron a operar en países como El Salvador, Honduras y Nicaragua y son vinculadas a delitos como homicidios, extorsión y narcotráfico.

"El proceso de paz de El Salvador es considerado por algunos como la joya de la corona de Naciones Unidas ya que en términos de estándares fue perfecto, pero después vino otra guerra que no vimos venir y ha configurado nuevamente el mapa de un Estado débil", reconoció Villalobos.

Según dijo, en su país "no se puso atención a las heridas sociales como los desplazados, los refugiados, la cultura de la violencia", porque el Gobierno y el FMLN estaban preocupados por asuntos neurálgicos "como la reinserción de combatientes, reforma de la Constitución y la depuración del Ejército".

En este sentido, Villalobos alertó sobre la existencia de dos factores comunes entre Colombia y El Salvador, como son una cultura de la violencia y la falta de futuro laboral para los jóvenes.

A su juicio, ambos elementos pueden conducir al país hacia una violencia anárquica en una etapa de postconflicto que en la actualidad "ya se manifiesta de alguna manera con las bandas criminales (bacrim)" que surgieron después de otros procesos de desmovilización.

Durante el foro intervino también el Premio Nobel de la Paz en 2003 y expresidente sudafricano, Frederik De Klerk, quien recomendó la promulgación de un marco legal consensuado, el acuerdo de un pasado histórico incluyente y una importante inversión social como claves para abordar una etapa de postconflicto.

Al ser preguntado sobre lo que le diría a los opositores al proceso de paz en Colombia, De Klerk reconoció que aunque para muchos en Sudáfrica él sigue siendo "un traidor", en los años 90 tuvo "el apoyo democrático suficiente" para adelantar los cambios que condujeron al fin del régimen del apartheid.

"Así es como funciona una democracia; si una mayoría clama por algo la minoría debe aceptarlo aunque esté en contra y no se les puede permitir como minoría que bloqueen los cambios necesarios", manifestó.

Mostrar comentarios