Quieren cambiar la ley

Tragedia por una herencia: "Desconocía la maldad que podía tener mi hija"

Hasta hace más dos años, antes de que se hablara de la pandemia, la relación que Felipe tenía con sus hijos era de lo más normal, pero el dinero enturbió todo. 

Un jubilado.
Un jubilado.
Imagen de Stefamerpik en Freepik.

Felipe tiene 80 años y después de toda una vida a lado de su esposa y sus hijos, ha sido ahora cuando los ha conocido realmente, especialmente a su hija. Una disputa por la herencia y por los poderes notariales de este documento ha provocado que este jubilado, afincado en Madrid, haya visto el verdadero rostro de la mujer que ha criado. Una realidad que jamás pensaba que fuera existir, pero que el dinero y la avaricia han sacado a la luz. O, al menos, así lo explica él. 

Toda esta historia comenzó hace más dos años, cuando todavía no se hablaba de la pandemia. Hasta ese momento, la relación que Felipe tenía con su familia era de lo más normal. "Éramos una familia ejemplar, nos queríamos todos y nos respetábamos todos", ha explicado el hombre a este medio. Sin embargo, toda esta realidad se hizo añicos cuando empezaron las conversaciones sobre la futura herencia y el manejo de los bienes que el matrimonio poseía.

Una de sus hijos quería que le nombrara albacea (que es la persona encargada de ejecutar la última voluntad del testador), una medida que Felipe no aprobaba y que, por tanto, rechazó. Además, también desestimó sus pretenciones de heredar más que el resto de sus hermanos, argumentando que ella había sido la única que se había hecho cargo de sus padres. Tras este primer encontronazo, la relación padre e hija fue deteriorándose hasta el punto actual. 

Desheredar es una opción

Situaciones como esta son las que se encuentran a menudo los trabajadores de la Asociación Cultural de Mayores de Fuenlabrada (ACUMAFU). Los profesionales de este centro tratan a diario con mayores que, por diferentes causas, terminan sin tener ningún tipo de contacto con sus familiares. La mayoría de ellos no tienen una explicación para este distanciamiento, más que por el desinterés de sus hijos en visitarlos. 

"La ley está totalmente obsoleta a los tiempos que corren"

Este hecho se ha agravado especialmente desde que comenzara la pandemia. Es por este motivo que decidieron poner en marcha una campaña para lograr un cambio en la legislación para que los ancianos pudieran desheredar más fácilmente a los hijos. "Si no cuidas, no heredas" es el lema de esta iniciativa online que pretende reformar el código civil para adaptarlo a la nueva realidad social del siglo XXI. Según el presidente de la Asociación, Marcelo Cornellá,  "la ley del año 1889 está totalmente obsoleta a los tiempos que corren". 

Cornellá explica a La Información que el interés por la campaña ha crecido especialmente tras la pandemia: "Nos hemos dado cuenta de que ha habido un aumento exponencial muy importante. Desde toda España nos pedían información de como desheredar sus hijos". 

Motivos por lo que desheredar

Existen diferentes motivos por los que un anciano puede querer eliminar del testamento a su familia. Pueden ser desde por problemas derivados de un maltrato físico, aunque estas agresiones suelen venir por parte de "personas con trastornos mentales", hasta por el "hecho de que un hijo tenga una vida deshonrosa", ha explicado el presidente. El caso de Felipe, es una historia diferente. 

"Aquí de lo que se trata es de dinero, dinero y dinero"

Además, de los desacuerdos sobre las herencias, otros asuntos personales que atañen a la intimidad del matrimonio han ido acabando con las posibilidades de una reconciliación entre padres e hija. Pero sin duda, para Felipe, el motivo principal por el que se ha llegado a esta situación es el económico. "Aquí de lo que se trata es de dinero, dinero y dinero", ha lamentado.

Una puerta a la reconciliación

La Asociación siempre trata de llevar a cabo procesos de reconciliación, antes de iniciar un asesoramiento para comenzar los trámites para desheredar. Sin embargo, un gran número de estas operaciones se cierra sin ningún éxito. "Nosotros empezamos siempre por la mediación, pero en pocos minutos sabemos si hay esperanza o no", ha aseguro Cornellá. 

Este es el punto en el que se encuentra Felipe, quien contactó con el centro al enterarse de la campaña que estaban promoviendo. Para él, la relación con su hija se ha acabado. Es más, en una de sus últimas conversaciones le dijo: "Yo ni olvido ni perdono, yo contigo he terminado". Él está convencido de que su hija ha maquinado a sus espaldas, junto a su esposa, para que deponga su actitud y acepte las condiciones que ha marcado para la herencia: "Lo que se trata es amilanarme de manera que deje de lado mis pretensiones legítimas y tratar, mediante amenazas, que deponga mi actitud, cosa que por supuesto no voy a hacer".

"Hasta hace dos años, desconocía la maldad que podía tener mi hija"

Todo ello le ha servido, dice él, para conocer hasta qué punto es capaz de ensuciarse su hija, con tal de alcanzar sus objetivos. "Hasta hace dos años, desconocía la maldad que podía tener mi hija", ha reconocido el hombre. Una decepción total que no esperaba vivir nunca.

A la espera de la reforma

Por el momento, Felipe está aguardando a que se resuelvan otros asuntos judiciales que tiene pendientes con su familia. Cuando sepa cuál ha sido el resultado de estos, decidirá si inicia los trámites para desheredar a su hija. Pero sea como sea, la relación que tenga con ella no volverá a ser jamás la misma, afirma.

De igual forma, este jubilado tendrá que esperar para ver cómo concluye la iniciativa lanzada por la Asociación. Por su parte, desde el centro celebran los pequeños pasos dados desde el comienzo de la campaña. Explican que el hecho de que se haya vuelto un tema de interés público ha provocado que algunos ancianos hayan vuelto a tener contacto con sus familiares: "Si gracias a esta campaña hemos conseguido que unos hijos egoístas, que no quieren perder parte de la herencia, vuelvan a ver, aunque sea egoístamente, a sus padres, nos sentimos satisfechos".

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