Hermanos de niños con cáncer recobran protagonismo en colonias terapéuticas

  • Decenas de niños que sufren la experiencia de tener hermanos con cáncer inician este domingo unas colonias terapéuticas con actividades que les ayudarán a expresar sus emociones y en las que, por unos días, recobrarán el protagonismo que han perdido en casa.

Barcelona, 25 ago.- Decenas de niños que sufren la experiencia de tener hermanos con cáncer inician este domingo unas colonias terapéuticas con actividades que les ayudarán a expresar sus emociones y en las que, por unos días, recobrarán el protagonismo que han perdido en casa.

"Por unos días dejan de tener la etiqueta de "hermano de" para convertirse en protagonistas", ha explicado, en declaraciones a Efe, la psiconcóloga infantil del Hospital de la Vall d'Hebron de Barcelona, Eugenia Bustelo.

Bustelo es una de las tres psicólogas especialistas en oncología infantil que acompañarán a los 32 niños de entre 7 y 17 años que, hasta el 30 de agosto, pasarán unas pequeñas vacaciones en la casa de colonias de Castell de Fluvià, en Sant Esteve de Palautordera (Barcelona).

En todos los casos se trata de niños que tienen un hermano enfermo de cáncer o que ya se ha curado, y que no presentan ninguna patología psiquiátrica, aunque a algunos de ellos se les hace un seguimiento psicológico durante todo el año.

En estas colonias, organizadas por Cataluña Contra el Cáncer -filial de la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC)-, los niños realizan actividades típicas como rutas en bicicleta, baños en la piscina o excursiones.

Pero además, durante 90 minutos al día, se llevan a cabo talleres psicológicos en los que, mediante juegos o actividades de grupo, los niños aprenden a familiarizarse de forma progresiva con las diferentes emociones y sentimientos que tienen, con el objetivo de que la experiencia de tener un hermano enfermo les resulte menos traumática.

El sentimiento culpa, el miedo, la ansiedad, los celos o el trastorno del sueño son algunos de los síntomas que aparecen en niños que viven el sufrimiento de un hermano enfermo, una situación que, a menudo, les comporta también un cambio de hábitos.

En casos graves en los que el niño enfermo tiene que estar varios meses ingresado, los padres, si no viven cerca del hospital, se ven obligados a dejar a los hijos con otros familiares.

Ante estas situaciones extremas que obligan a los padres a estar muy centrados en el hijo enfermo, los hermanos sanos quedan en un segundo plano y "tienen la sensación de que se han olvidado de ellos", destaca Bustelo.

Según la especialista, este conjunto de síntomas es normal que aparezcan ante estas situaciones, pero es importante saberlos expresar y gestionar para evitar un mayor estrés.

Las últimas ediciones de estas colonias, que organiza anualmente Cataluña Contra el Cáncer, han demostrado que casi la mitad de los niños regresan a casa con un cambio en su conducta que les permite implicarse en la enfermedad de su hermano y expresar mejor sus emociones.

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