
Una pareja de ancianos, Hermann Schireiber y Teresa Domíguez, que sufren alzhéimer y residen en la ciudad de Vigo, se han convertido en los protagonistas de una entrañable historia.
Ella es gallega, dominaba el alemán pero la enfermedad le ha pasado factura y no recuerda nada del idioma. Él, oriundo del país germano, no recuerda nada de español tampoco. Sin embargo no se ha olvidado de tocar la armónica.
Con solo cinco años, Hermman aprendió la técnica del instrumento y, en estos días, cuando los ciudadanos salen a aplaudir a los sanitarios desde los balcones, el anciano también se asoma a la ventana y ofrece un concierto con su inseparable armónica. Así se lo ha hecho creer la persona que lo asiste: "No sé si he creado un monstruo porque ahora Hermann ensaya todo el día", reconoce.
"Pedazo concierto, eh, Hermann", "¿Ves? Te has puesto nervioso. Mucho público. Yo te entiendo", le dice esta sanitaria cada día que sale al balcón. Él sonríe, sigue tocando y se suma a la ovación.
La pareja se conoció en la Selva Negra meridional, en el pequeño municipio en el que él residía: Unterkirnach. Se casaron y ahí se quedaron. Venían a España siempre en los periodos de vacaciones.
Hasta que ella enfermó, Teresa se desorientaba mucho y estaba olvidándose del alemán. Es cuando entonces sus hijos decidieron que lo mejor era que estuviera en Galicia. Hermann permaneció en Alemania hasta que su memoria también empezó a fallar.
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