Juan Sebastián de Elcano: una universidad a bordo

  • Pese a sus casi 87 años de vida, el buque escuela de la Armada española Juan Sebastián de Elcano, considerado el barco que más ha navegado en la historia, vuelve a surcar los mares en su crucero de instrucción, el número 85, con una novedad: los guardiamarinas recibirán formación universitaria.

Noelia Ramos

Melilla, 14 feb.- Pese a sus casi 87 años de vida, el buque escuela de la Armada española Juan Sebastián de Elcano, considerado el barco que más ha navegado en la historia, vuelve a surcar los mares en su crucero de instrucción, el número 85, con una novedad: los guardiamarinas recibirán formación universitaria.

El buque insignia de la Armada española ha llegado hoy a Melilla, ciudad en la que permanecerá hasta el próximo día 17, y en la que completa prácticamente la primera fase de instrucción, que se desarrolla en el Mediterráneo, antes de surcar el Atlántico rumbo a América.

Podría ser un crucero más de instrucción de los más de 80 que se han desarrollado, pero este año se inaugura un nuevo plan de estudios que permite a los alumnos guardiamarinas que viajan en él no sólo recibir una formación militar, sino también universitaria, gracias a la presencia de profesores del Centro Universitario de la Defensa, adscrito a la Universidad de Vigo.

El comandante del barco, el capitán de navío Enrique Torres Piñeyro, ha explicado a los periodistas que esta doble formación permitirá que, el año que viene, los guardiamarinas de cuarto año que viajan en el Elcano se graduen como tenientes o alférez de navío y obtengan además el grado de ingeniería industrial.

Este nuevo plan de estudios combinado dará un mayor atractivo a la enseñanza de los alumnos de la Armada, al tiempo que posibilitará que los oficiales del futuro estén mejor preparados.

No obstante, aunque la formación académica es importante, también lo es la complementaria que se da en el buque escuela, donde, según su comandante, se aprenden valores, se da una formación integral que ayuda a los alumnos a desenvolverse en todo tipo de situaciones y se fomenta la convivencia.

Si la disciplina militar es exigente, más aún cuando hay que esforzarse en unos estudios y cuando gran parte de las lecciones se deben recibir y poner en práctica en alta mar.

Pese a las circunstancias, la vocación de los guardiamarinas, muchos de ellos ligados a la Armada por tradición familiar, hace que se superen las largas ausencias del hogar, los temporales y la soledad que supone el surcar un océano como el Atlántico.

El guardiamarina segundo José Enrique Delgado ha reconocido a los periodistas que, por la experiencia de su padre y de su abuelo, sabía que la aventura que iniciaba era "sacrificada", pero reconoce que, particularmente, la situación la lleva bien porque "el mar es su vida".

El hecho de que desde el propio buque se puedan hacer llamadas y contactar con la familia ayuda a llevar mejor los largos periodos de navegación.

Tras dejar Melilla, el Juan Sebastián de Elcano pondrá rumbo a Cádiz, antes de su aventura atlántica, en la que hará escalas en Santa Cruz de Tenerife, Praia (Cabo Verde), Cartagena (Colombia), Santo Domingo (República Dominicana), antes de una última parada en Boston (EEUU), previa al regreso al continente europeo.

En Europa proseguirán viaje por Irlanda, Alemania y Noruega para regresar finalmente a Marín, en Pontevedra, adonde prevén llegar el 13 de julio.

En el Juan Sebastián de El Cano viajan 258 personas, entre oficiales, alumnos, profesores y personal de mantenimiento del buque.

Este peculiar barco ha recorrido a lo largo de su historia dos millones de millas, el equivalente a 35 años seguidos navegando o a 50 vueltas al mundo.

Aunque es único, existe un barco-goleta similar, el Esmeralda de la marina chilena, construido en los mismos astilleros, aunque con algunas diferencias.

A lo largo de su historia ha visitado 70 países, lo que convierte a este barco en un gran embajador de España.

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