La directora del orfanato haitiano critica la gestión de Unicef en el país

  • Barcelona.- La directora de un orfanato y de dos escuelas de Haití, Margarette Saint Fleur, ha criticado la gestión de Unicef en su país tras el terremoto del pasado enero y ha denunciado que, después de la catástrofe, no sabe "en qué zona ni en qué condiciones se encuentran los chicos" del país.

Barcelona.- La directora de un orfanato y de dos escuelas de Haití, Margarette Saint Fleur, ha criticado la gestión de Unicef en su país tras el terremoto del pasado enero y ha denunciado que, después de la catástrofe, no sabe "en qué zona ni en qué condiciones se encuentran los chicos" del país.

El día en que se producen nueve meses de la catástrofe que afectó a tres millones de haitianos y segó la vida de centenares de miles de personas, Saint Fleur asegura, en una entrevista con Efe, que aún hay un gran desconocimiento sobre el número de asentamientos que cuentan con ayuda del organismo internacional de atención a la infancia.

"Con el terremoto muchos orfanatos se cayeron y muchos niños murieron. ¿Pero dónde tiene a Unicef a los niños? Después del terremoto el número de huérfanos ha crecido pero no sabemos donde están", se ha interrogado.

Margarette Saint Fleur visita esos días España por primera vez para estrechar su colaboración con la ONG Familias sin fronteras por la infancia, que la ha financiado en alguna ocasión.

El informe que presentó Unicef tras seis meses de la catástrofe, aporta una detallada relación de las cifras que maneja este organismo para trabajar en la zona y el número de niños y adolescentes que han sido atendidos.

Según ha dicho a Efe un portavoz de Unicef, a día de hoy, han sido escolarizados cerca de 400.000 niños, se han instalado 3.000 tiendas escuelas y han sido identificados y registrados más de 1.500 niños, aunque en el citado informe no aparecen el número de asentamientos a los que Unicef aporta su ayuda, ni los lugares en los cuales se sitúan.

La directora de Cooperación y Emergencias de Unicef en España, Carmen Molina, ha atribuido las criticas vertidas contra este organismo a que "la gente piensa que se pueden hacer milagros", aunque ha admitido que "no se ha llegado a todos los niños, eso no sería real".

Margarette Saint Fleur, que vio como el orfanato que regentaba en Pétionville, cerca de Puerto Príncipe, se derrumbaba a raíz del terremoto, ahora se encarga de cuidar de niños cuyos padres quieren dar en adopción, aunque como no dispone de ninguna instalación los niños siguen en sus propias casas.

"Los ayudo en sus propias familias -ha explicado-. Son familias que no tienen donde estar y viven hacinadas en tiendas".

Este suceso ha agravado la situación de la infancia en Haití y Saint Fleur ha criticado la falta de ayuda de entidades públicas y privadas: "A raíz del suceso sólo las pequeñas ONG ayudan a los orfanatos, y es por eso que sólo aquellos con recursos han podido reconstruirse".

Saint Fleur ha descalificado las voces que relacionan los orfanatos con la adopción ilegal: "Es imposible, hay todo un proceso burocrático a seguir paso por paso. Si te saltas uno, no puedes obtener la visa para el niño".

La haitiana es partidaria de seguir con los procesos de adopción después del terremoto, a pesar de que la Ley de Adopción Internacional, que sigue el convenio firmado en la Haya en 1993, prohíbe la adopción de niños de otro Estado en caso de desastre natural.

La directora del orfanato no entiende porqué la mayoría de países, como Francia o Canadá, han limitado o prohibido las adopciones de niños y ha señalado la particular posición del Gobierno español.

"En España, desde hace seis años, es muy difícil adoptar un niño haitiano. Muchas familias quieren adoptar, yo he conocido unas cuantas, pero no pueden", ha denunciado.

Tal conjunción de hechos provoca "una superpoblación en los orfanatos que se mantienen en pie", ha asegurado la haitiana.

Orfanatos, en los que, sin embargo, "los niños no dejan de recibir tres o más comidas al día", ha puntualizado.

Saint Fleur tiene, además, dos escuelas en activo, la segunda abierta este mismo mes de octubre, lo que supone una bocanada de aire fresco en un país desestabilizado y con un alto índice de analfabetismo.

"Tenemos una escuela en Puerto Príncipe, con 205 niños, y otra cerca de Jérémie, con 219 niños, algunos de ellos nunca habían estado escolarizados antes", ha contado Saint Fleur.

Saint Fleur ha remarcado que, tras nueve meses de la tragedia, la situación sigue siendo un caos.

"Cuando voy por la calle, veo gente viviendo en tiendas de campaña y entre plásticos, a 35º y 40º grados, y me pregunto como pueden vivir así. Esta es la realidad. Imagínate a ti mismo dentro".

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