La iniciativa anunciada para Libia es un avance, pero el camino se anuncia arduo

  • El principio de acuerdo anunciado el domingo para intentar poner fin a la crisis en Libia es señalado como un avance, pero queda por delante lograr un apoyo amplio y hacer frente al desafío del grupo yihadista Estado Islámico, según los expertos.

Los representantes de los dos gobiernos rivales que se disputan el poder en Libia, uno con sede en Trípoli y el otro, reconocido por la comunidad internacional que está situado en Tobruk, en el este, negociaron en secreto, al final de la semana pasada un proyecto de acuerdo para poner fin al conflicto.

Ambas partes, coincidieron en mantener fuera de las negociaciones a la ONU, que desde hacía meses intentaba resolver la crisis en Libia, pero cuyas acciones son denunciadas como una "intromisión extranjera" por las facciones más extremas de ambos gobiernos.

La "declaración de principios" firmada el domingo en Túnez prevé en las próximas dos semanas la creación de un comité compuesto por miembros de ambos parlamentos que deberá elegir a un primer ministro y a dos viceprimeros ministros, para formar un gobierno de unión nacional.

La declaración de Túnez, es "la alternativa ideal" indicó a la AFP Isa al Arabi, miembro del parlamento de Tobruk.

"El hecho que los libios se hayan reunido entre ellos, sin una presencia extranjera, alentará a otros a apoyar" esta iniciativa, agregó.

Un funcionario de Trípoli que prefirió permanecer en el anonimato, señaló que "este es un primer paso", que aunque sea pequeño, está lejos de las presiones y las intromisiones extranjeras.

"No dejan de decirnos que la solución está en nuestras manos y no dejan de intentar imponerla. Hoy, recobramos el derecho a construir nuestra paz nosotros mismos", agregó.

Esta declaración todavía debe ser aprobada por ambos parlamentos para transformarse en un acuerdo político, un desafío importante dado que hay representantes que se oponen a la solución pactada.

"Ambas partes deberán trabajar para que sea aprobada, pese a las presiones de los miembros de ambos parlamentos" que se oponen a un acuerdo político, explicó a la AFP Mohamad Eljarh, analista libio de la organización Centre Rafic Hariri, con sede en Washington.

"Este acuerdo es tentador y es fácil de aplicar en teoría pero a partir del momento en que se adentren en los detalles (...) se van a ver las disensiones y las divergencias".

Según Mattia Toaldo, experto del Consejo Europeo de Relaciones Exteriores(ECFR), un centro de estudios con sede en París, este proyecto depende ahora de las facciones más extremas de cada parte.

Muchos de los cuales prefieren mantener el statu quo esperando que combatientes en terreno obtengan una victoria decisiva frente a sus adversarios.

El nuevo representante de la ONU para Libia, el alemán Martin Kobler, no criticó abiertamente la iniciativa de Túnez pero subrayó que el proyecto de acuerdo negociado bajo el patrocinio de la ONU a comienzos de octubre en Marruecos es el único capaz de poner fin a este conflicto.

Este texto, obtenido con mucha dificultad a principios de octubre, fue rechazado por ambos parlamentos.

La coalición de milicias Fajr Libya, que controla la capital, lo había denunciado una "intromisión extranjera", mientras que el parlamento del este consideró que era una amenaza para el comandante en jefe de su ejército, Jalifa Haftar.

Según los expertos, un gobierno de unidad requiere estar apoyado por los combatientes de ambas facciones, para poder ser viable.

La declaración de principios "no cita explícitamente al ejército libio o Haftar, lo que quiere decir que minimiza un punto fundamental, que es garantizar la seguridad del nuevo gobierno", explica Mattia Toaldo.

La declaración de Túnez interviene en un momento en que la comunidad internacional intenta terminar con el conflicto fratricida en Libia para frenar el avance del grupo yihadista Estado Islámico en el país.

Los yihadistas, que ya están amparados en Sirte, en el norte, están formando cada vez a más combatientes extranjeros.

El caos en Libia favorece el paso de miles de migrantes que buscan llegar a las costas europeas, situadas a cerca de 300 kilómetros.

"No se puede detener al EI solo con un gobierno de unidad nacional" señala por su parte un funcionario en Trípoli, que advirtió que aunque el acuerdo sea aprobado queda "una larga confrontación con el EI".

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