La onu pide “mucho más que caridad” para sacar de la pobreza a 2.200 millones de personas


El relator especial de las Naciones Unidas sobre la extrema pobreza y los derechos humanos, Philip Alston, apunta que los Estados deben adoptar un enfoque basado en los derechos humanos más allá de la caridad para que unos 2.200 millones de personas dejen de ser pobres o estén en riesgo de exclusión social.
Con motivo del Día Internacional para la Erradicación de la Pobreza, que se celebra este viernes, Alston señaló que situar el derecho a la protección social en el centro de las políticas y programas de lucha contra la pobreza es la mejor manera de acabar con ella.
"Otro Día Internacional para la Erradicación de la Pobreza… Para muchos, esto evoca imágenes de individuos indefensos, dependientes de la caridad para sobrevivir, pero es un estereotipo engañoso y profundamente problemático”, indicó.
Alston apuntó que “la noción bíblica de que ‘los pobres siempre estarán con nosotros’ se mantendrá sólo mientras el enfoque de la comunidad internacional para la erradicación de la pobreza se base en la caridad y las limosnas gubernamentales, en lugar del reconocimiento del derecho humano a la protección social”, por lo que reclamó "mucho más que caridad" para acabar con la pobreza.
Este experto de la ONU indicó que más de 2.200 millones de personas (más del 30% de la población mundial) está cerca o vive en la pobreza ‘multidimensional’ con privaciones de salud, educación y de condiciones de vida.
"Esto no es un accidente. Es el resultado de una serie de decisiones deliberadas y conscientes por parte de actores clave que han optado por dar prioridad a otros objetivos. La erradicación de la pobreza extrema podría lograrse fácilmente si se trata de una verdadera prioridad de los gobiernos", añadió.
MENOS DE UN EURO AL DÍA
Alrededor de 2.200 millones de personas (cerca de un 30% de la población mundial) viven actualmente en condiciones de pobreza o están en riesgo de caer en ella, según el Informe sobre Desarrollo Humano 2014, del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).
La premisa central del informe, titulado ‘Sostener el progreso humano: reducción de vulnerabilidades y construcción de la resiliencia’, es que la vulnerabilidad persistente amenaza el desarrollo humano y que el progreso no será equitativo ni sostenible si no se aborda de manera sistemática con políticas sociales.
El estudio señala que unos 1.200 millones de personas viven con un máximo de 1,25 dólares al día, esto es, unos 90 céntimos de euro. Además, casi 1.500 millones de personas de 91 países en desarrollo están en la pobreza, con privaciones de salud, educación y de condiciones de vida, y casi 800 millones se encuentran en riesgo de caer en ella.
El informe apunta a una reducción en el crecimiento del desarrollo humano en todas las regiones y que amenazas como las crisis financieras, las fluctuaciones en los precios de los alimentos, los desastres naturales y los conflictos violentos dificultan significativamente el progreso.
MÁS SERVICIOS SOCIALES
El informe aboga por la prestación universal de servicios sociales básicos y refuta la idea de que sólo los países ricos pueden permitirse el lujo de hacerlo. En este sentido, presenta un análisis comparativo de países de diferentes niveles y sistemas de gobierno que o bien han comenzado a poner en práctica o han aplicado plenamente estas políticas de ingresos.
De hecho, menciona no sólo a países como Dinamarca, Noruega o Suecia, con tradición en este tipo de políticas, sino también economías de rápido crecimiento como Corea del Sur y países en desarrollo como Costa Rica.
Además, reclama que los gobiernos renueven el objetivo del pleno empleo, uno de los pilares de las políticas macroeconómicas de las décadas de 1950 y 1960, que fue superada por los objetivos de la política de competencia a raíz de las crisis del petróleo de la década de 1970.
Argumenta que el pleno empleo produce mejoras sociales que superan los beneficios privados, tales como el fomento de la estabilidad social y la cohesión.
A este respecto, resalta que la mayoría de la población mundial carece de protección social integral, como pensiones y seguro de desempleo, y recalca que estas medidas son alcanzables por los países en todas las etapas del desarrollo.
"Proporcionar prestaciones básicas de seguridad social a los pobres del mundo costaría menos del 2% del PIB mundial", afirma, antes de señalar que “un paquete básico de protección social es asequible, siempre y cuando los países de bajos ingresos reasignen fondos y aumenten los recursos nacionales, junto con el apoyo de la comunidad internacional de donantes".

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