La ONU "preocupada" por las investigaciones de violencia sectaria en Birmania

  • Naciones Unidas mostró su "seria preocupación" sobre la imparcialidad del Gobierno de Birmania en la investigación de los brotes de violencia acaecidos desde 2012 contra la etnia rohingya en el estado Rakhine.

Bangkok, 20 feb.- Naciones Unidas mostró su "seria preocupación" sobre la imparcialidad del Gobierno de Birmania en la investigación de los brotes de violencia acaecidos desde 2012 contra la etnia rohingya en el estado Rakhine.

El enviado especial de Naciones Unidas para los derechos humanos en Birmania (Myanmar), Tomás Ojea Quintana, advirtió de que las tensiones entre budistas y musulmanes podrían "poner en riesgo" el proceso de transición hacia la democracia de Birmania, informan hoy medios locales.

A mediados de enero, Quintana insistió a las autoridades birmanas en que investiguen la violencia sectaria ocurrida en Rakhine desde 2012 que ha provocado cerca de 200 muertos y más de 110.000 desplazados, en su mayoría musulmanes.

"Tenemos que respetar la investigación. Pero, al mismo tiempo, tengo serias dudas sobre la posibilidad de que esta investigación sea imparcial e independiente", dijo el miércoles por la noche el relator de la ONU, según el portal del canal de radio "Mizzima".

Está previsto que el 28 de febrero las autoridades birmanas presenten el informe sobre los brotes de violencia, aunque Quintana expresó sus dudas de que la investigación cumpla con las normas internacionales.

En la historia de Birmania "nunca ha habido una investigación independiente" en este país, destacó el representante de Naciones Unidas.

Según informes de Naciones Unidas, la policía realizó un operativo entre el 13 y 14 de enero en uno de los poblados ocupados por musulmanes rohingya con el objetivo de buscar a uno de sus compañeros presuntamente desaparecido.

En este operativo, y como represalia, agentes de seguridad y civiles mataron a unas 40 personas, entre ellas mujeres y niños rohingyas, según la ONU.

Las autoridades birmanas negaron que algún civil resultara herido o muerto durante el operativo, aunque Quintana confirmó tras hablar con el jefe de la policía del estado que más de 100 agentes armados con munición real formaron parte de la misión.

Birmania tiene cerca de 60 millones de habitantes, de los que el 89 por ciento son budistas, el 4 por ciento musulmanes y el resto de otras religiones.

La mayoría de la comunidad musulmana reside en el Estado Rakhine, vecino a Bangladesh y donde la minoría rohingya se ha convertido en el objetivo principal de la violencia de los segregacionistas porque no están considerados ciudadanos birmanos sino emigrantes bangladesíes.

En 2012, más de 160 personas murieron y 120.000 fueron desplazadas en la ola de enfrentamientos entre budistas y musulmanes ocurridos en Rakhine tras el hallazgo de una mujer budista violada y asesinada supuestamente por musulmanes.

La violencia continuó en 2013 y contagió a otras partes del país, como en la ciudad de Meiktila, en el centro, donde 43 personas fueron asesinadas, incluidos varios niños de una escuela islámica que fueron apaleados y quemados por una multitud.

La situación de los derechos humanos en Rakhine es la principal amenaza en el proceso de reformas democráticas y reconciliación nacional en Birmania, según la ONU, y cuyo Gobierno desde 2011 ha liberado a cientos de prisioneros políticos, ampliado la libertad de prensa y firmado varios altos el fuego con varias minorías étnicas.

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