La realidad de las personas sin hogar no entiende de estaciones

  • La llegada del frío suele poner el foco en las personas sin hogar, aunque los expertos que trabajan con este colectivo insisten en que no es un asunto "estacional" y destacan la necesidad de combinar la oferta de albergues con otras medidas que les ayuden a ser autosuficientes y a recuperar la autoestima.

Sol Carreras

Madrid, 18 ene.- La llegada del frío suele poner el foco en las personas sin hogar, aunque los expertos que trabajan con este colectivo insisten en que no es un asunto "estacional" y destacan la necesidad de combinar la oferta de albergues con otras medidas que les ayuden a ser autosuficientes y a recuperar la autoestima.

Elio acabó en la calle "de la noche a la mañana" en 2013, tras dos años "con problemas familiares y económicos de todo tipo": se separó de su mujer y vio cómo se quebraba su "pequeño negocio" de informática, lo que hizo que no pudiera pagar el piso y el local que tenía alquilados.

"No quería que me denunciaran ni me demandaran, cogí una bolsa y me fui", cuenta.

En un primer momento renunció a alojarse en un albergue "por el tipo de gente que había", y permaneció dos meses en la sala de espera del Hospital 12 de Octubre, aunque después acabó en uno de los centros de acogida de la orden de San Juan de Dios, junto al hospital San Rafael de Madrid, de donde se trasladó al de Santa María de la Paz, de los mismos religiosos.

"Es un oasis sensacional", afirma Elio, de 66 años.

Uno de sus compañeros de albergue, Rafael, también de Madrid, lleva 30 de sus 54 años sin casa propia por "problemas económicos" y, aunque este tipo de alojamientos le suscitaban un cierto rechazo y temor, se han acabado convirtiendo en su hogar.

"Me costó la decisión de ir porque no sabía cómo eran, pero se está mejor que en la calle", asegura.

El hermano Juan Antonio, uno de los responsables del albergue Santa María La Paz, que atiende a hombres de 45 a 65 años de edad, ha observado cómo a partir de la crisis económica el perfil de las personas sin hogar "es mucho más amplio", aunque sigue siendo eminentemente masculino.

En este centro, que acoge en la actualidad a cerca de un centenar de personas, la orden ha puesto en marcha recientemente un huerto ecológico en el que colaboran los propios residentes, un proyecto que, según el religioso, supone una oportunidad para que las personas sin hogar "se reencuentren consigo mismas".

Este colectivo suele despertar más interés en las épocas de frío, como el que empezará a notarse en la Comunidad de Madrid este fin de semana, con bajas temperaturas y nieve, un asunto que comprende Juan Antonio ya que cree que la conciencia toca más "al ver a una persona en la calle" en invierno.

El Ayuntamiento de Madrid inició el pasado 25 de noviembre su tradicional campaña del frío para atender a las personas sin hogar con un total de 2.060 plazas, aunque tiene previsto incluir 40 más este fin de semana si se activa la alerta por bajas temperaturas también en la capital, como han confirmado a Efe fuentes municipales.

La responsable de obras sociales de Cáritas Madrid, Rosalía Portela, cree que "por poco que se hable" de las personas sin hogar "siempre es bueno", aunque advierte de que "no es deseable" que los ciudadanos se olviden de este asunto el resto del año.

"Este tema siempre está ahí, no es estacional", dice.

En 2014, el Centro de Información y Acogida CEDIA 24h de la ONG atendió a más de 1.400 personas sin hogar en búsqueda de "alojamiento, alimento y escucha", ya que uno de los objetivos de la organización es ofrecer a este colectivo "unas condiciones de derecho y dignidad" para ayudarles a "recuperar su autoestima".

Una opinión que comparte el director general de Rais Fundación, José Manuel Caballol, que lamenta que sólo se preste atención a este colectivo en los momentos fríos del año o cuando hay algún suceso trágico, como una muerte.

"Vivir en la calle es indigno, no es adecuado para ninguna persona", afirma.

A falta de datos actualizados, la fundación calcula que en España puede haber alrededor de 40.000 personas sin hogar, de las cuales más de 2.000 deambulan por la ciudad de Madrid, según el último recuento municipal, de diciembre de 2012.

La muerte de un familiar, una separación, la falta de trabajo o ser víctima de maltrato físico son algunas de las causas que pueden llevar a una persona a acabar en la calle, según el director de la entidad, que trabaja desde 1998 para "luchar contra la exclusión social" de este colectivo.

En 2014, Rais Fundación puso en marcha el programa 'Habitat', con el que ofrecen por medio de un sorteo una vivienda permanente a personas que llevan en la calle un largo periodo de tiempo y sufren además alguna otra problemática añadida como una discapacidad, una adicción o una enfermedad mental.

Alberto, de 49 años, vive en uno de los diez inmuebles de estas características que hay en Madrid, cedidos por la Empresa Municipal de Vivienda y Suelo (EMVS), que aumentarán a 20 a finales de año, un espacio que se ha convertido en un hogar para este madrileño, que acabó en la calle hace doce años por "problemas familiares" y al que no terminaban de convencerle las "reglas" de los albergues.

"Gracias al piso, estoy cogiendo algo de responsabilidad", comenta, feliz por una oportunidad que le sigue pareciendo un "sueño" hecho realidad.

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