Las llamas de las Hogueras elevan el recuerdo a Aarón al cielo alicantino

  • El fuego consume y sus llamas iluminan. La crítica arde y la ciudad sigue encendida. Alicante, ligada a este elemento clásico a través de sus fiestas, ha cerrado esta noche su cita anual con los monumentos de cartón y madera, aunque el recuerdo del niño fallecido por la explosión de un petardo seguirá abierto.

Alberto Santacruz

Alicante, 25 jun.- El fuego consume y sus llamas iluminan. La crítica arde y la ciudad sigue encendida. Alicante, ligada a este elemento clásico a través de sus fiestas, ha cerrado esta noche su cita anual con los monumentos de cartón y madera, aunque el recuerdo del niño fallecido por la explosión de un petardo seguirá abierto.

La muerte del pequeño Aarón, de 9 años de edad, ha sido un mazazo, desde luego y lógicamente para su familia, pero también para el conjunto de la ciudadanía y, en especial, para quienes durante todo el año trabajan por estas fiestas.

El petardo que hizo explotar la lata de refresco y cuyas esquirlas provocaron la muerte del pequeño generó una onda expansiva que trasladó dolor a toda la ciudad, pero que, no obstante, siguió con sus fiestas mayores, las de Hogueras.

Y si este trágico accidente se llevó a Aarón el pasado sábado, un día después la ciudad recuperó una sonrisa cuando los bomberos rescataron con vida a un bebé, de unos 40 días de vida, arrojado supuestamente por su madre a un patio de luces.

Por ello, Alicante ha sentido durante sus fiestas de este año el misterio de la vida que, como el fuego que esta noche surge desde todos sus barrios, se enciende y se apaga.

Sin desviarse de la tradición, la "Nit del foc", "La Nit de la cremá" o "La noche de San Juan", como ustedes prefieran, comenzó a las 0.00 horas de hoy con el disparo de una gigante "palmera" de fuegos artificiales desde el castillo de Santa Bárbara.

A partir de ese momento, el fuego comenzó a incendiar los primeros monumentos de cartón y madera -son 182 en total- bajo la estrecha vigilancia de treinta y ocho equipos de bomberos.

Como ocurre todos los años, la primera en arder ha sido la hoguera oficial, "Soplo de brisa", del artista Jesús Grao, y plantada en la plaza del ayuntamiento, después de que la mecha fuera encendida por la reina de las fiestas (la "bellea del foc", Beatriz Botella) desde el balcón de autoridades.

El presidente de la Generalitat, Alberto Fabra, y la alcaldesa, Sonia Castedo, han sido testigos de este fin de fiestas.

Varios miles de adolescentes y otros no tan jóvenes se han agolpado junto a las vallas protectoras para vitorear el fin de la hoguera y sentir de cerca el intenso calor que desprende la pira.

La multitud se lo ha pasado de lo lindo pidiendo a gritos a los bomberos (mediante alegatos de todo tipo) que les dirijan las mangueras para aliviar el calor, lo que se conoce popularmente como la "banyá", uno de los ingredientes que tampoco puede faltar.

Estas imágenes se han reproducido al mismo tiempo en varios monumentos de la ciudad, muchos de ellas con ninots no tan correctos políticamente como la oficial, ya que han dirigido su ironía a la familia real, a Mariano Rajoy y a "los turbios asuntos" de la banca.

El fuego se extenderá al resto de los monumentos, hasta alcanzar los 182, y para ello los bomberos, con el apoyo de 300 policías locales y 200 voluntarios de Protección Civil, desempeñarán un papel clave para que todo transcurra con normalidad y seguridad.

A partir de mañana, la ciudad volverá la normalidad tras una semana alterada tanto por los numerosos cortes de circulación debido a la "plantá" de monumentos y barracas, como por las pocas horas de sueño que conlleva la fiesta.

Mostrar comentarios