Los "camisas rojas" ignoran la amenaza de desalojo de su feudo en Bangkok

  • Bangkok.- Los manifestantes conocidos por "camisas rojas" continuaron hoy ocupando el centro comercial de Bangkok, a pesar de la advertencia del primer ministro tailandés, Abhisit Vejjajiva, de ser desalojados de su feudo capitalino.

El primer ministro tailandés propone a los "camisas rojas" elecciones el 14 de noviembre
El primer ministro tailandés propone a los "camisas rojas" elecciones el 14 de noviembre

Bangkok.- Los manifestantes conocidos por "camisas rojas" continuaron hoy ocupando el centro comercial de Bangkok, a pesar de la advertencia del primer ministro tailandés, Abhisit Vejjajiva, de ser desalojados de su feudo capitalino.

La ocupación de esa zona de Bangkok está poniendo a prueba la tremenda paciencia de sus ciudadanos y, sobre todo, la de miles de empresarios que han tenido que cerrar sus negocios.

Cerca de media decena de hoteles de superlujo, algunos de los más modernos centros comerciales, edificios de oficinas de empresas locales e internacionales, y establecimientos famosos, dejaron de funcionar cuando hace cuatro semanas los camisas rojas se apoderaron de la zona.

"Llevamos cerrados un mes, cuando empezaron los conflictos. Esperemos que no dure mucho más. Podría aguantar una semana, quince días o un mes. Pero no más. Confío en que lleguen a un acuerdo" , dijo Fernando Andrés, copropietario y cocinero jefe de "La Rioja", el restaurante español de mayor renombre de la ciudad.

Para llegar ahora hasta "La Rioja", situado a tiro de piedra de la intersección en la que los "rojos" han levantado un campamento que sintoniza con el medio rural del que proceden la mayoría de ellos, hay que cruzar antes una alta empalizada hecha con cañas de bambú y neumáticos por un acceso protegido por manifestantes.

"Estamos a diez metros del pleno conflicto, pero en ningún momento he temido por mi seguridad. La calle está cortada y son los propios manifestantes quienes vigilan la entrada y salida para velar por la seguridad", explica Andrés en su restaurante, ahora vacío por primera vez desde su inauguración hace nueve años.

La factura de la ocupación, que afecta también a decenas de miles de empleados de las empresas que han cerrado sus puertas, es difícil de cuantificar, aunque de momento y sólo en Bangkok más de 63.000 personas han perdido su empleo, y el Gobierno estima que restará al Producto Interior Bruto (PIB) entre 1 y 2 puntos porcentuales.

"En las protestas están medio de fiesta. Han puesto tenderetes donde venden ropa y comida", apunta el empresario logroñés.

En vez de un distrito comercial parece un campo preparado para la batalla entre los miles de efectivos de las fuerzas de seguridad que están desparramados por la zona y los camisas rojas, que observan desde detrás de las empalizadas el ir y venir de los ciudadanos de a pie.

Los camisas rojas del Frente Unido para la Democracia y contra la Dictadura protestan en las calles desde el pasado 14 de marzo para exigir la disolución del Parlamento y la celebración de elecciones anticipadas, pero pese su persistencia y actitud desafiante, no han conseguido doblegar al Gobierno de Vejjajiva, líder del Partido Demócrata y educado en la Universidad de Oxford.

Las protestas, así como explosiones de granadas y otros artefactos, unidas a los esporádicos enfrentamientos librados en las calles entre las fuerzas de seguridad y los manifestantes, han sumido a Tailandia en una de las más profundas crisis políticas de las últimas cuatro décadas.

Desde el inicio de las protestas, 27 personas han muerto y casi mil han resultado heridas en los brotes de violencia

El jefe del Ejecutivo explicó hoy ante el Senado que el Gobierno tiene un plan para acabar con la ocupación y a su vez solucionar la crisis política.

"Voy a presentar una solución política u hoja de ruta", dijo el primer ministro y líder de la principal formación de la coalición de Gobierno, sin dar a conocer más detalles.

Vejjajiva admitió el domingo que entre la población de Bangkok aumentaba el descontento motivado por la falta de acción de su Gobierno, que precisó, había descartado declarar la ley marcial por tratarse de un "instrumento innecesario.

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