Los maoístas nepalíes echan un pulso en las calles al Gobierno

  • Katmandú.- Con el proceso de paz estancado, los maoístas nepalíes echaron hoy un pulso al Gobierno encabezado por el Partido Marxista-Leninista con una protesta en Katmandú en la que participaron decenas de miles de personas para intentar forzar su dimisión.

Los maoístas nepalíes echan un pulso en las calles al Gobierno
Los maoístas nepalíes echan un pulso en las calles al Gobierno

Katmandú.- Con el proceso de paz estancado, los maoístas nepalíes echaron hoy un pulso al Gobierno encabezado por el Partido Marxista-Leninista con una protesta en Katmandú en la que participaron decenas de miles de personas para intentar forzar su dimisión.

La "marea roja" de simpatizantes maoístas, portando banderas y gorras, fue vigilada por unos 15.000 agentes para que no se registraran incidentes.

Según la Policía, unas 60.000 personas participaron en la concentración, que coincide con el Día Internacional del Trabajo, aunque el Partido Maoísta asegura que en realidad fueron 250.000.

Los maoístas han amenazado con convocar una huelga indefinida a partir de mañana si el Ejecutivo del primer ministro Madhav Kumar Nepal no se disuelve, algo a lo que éste se negó en un mensaje televisado a la nación.

"Hemos sido tratados como enemigos por los maoístas", lamentó el primer ministro, quien llamó a los maoístas a intentar buscar un consenso con el resto de partidos y abandonar las protestas y su intención de convocar una huelga indefinida.

Kumar Nepal insistió en que su formación, el Partido Marxista-Leninista, está abierta al diálogo con todas las fuerzas políticas.

El líder de los maoístas, el ex guerrillero Pushpa Kamal Dahal, alias "Prachanda", pronóstico en un mitin multitudinario que el "cambio" de Gobierno vendrá "desde las calles" y criticó que el Ejecutivo, apoyado por la India según él, tuviera la intención de desplegar tropas para controlar las protestas.

En una entrevista con un reducido número de periodistas, Prachanda reivindicó además que su partido debe liderar el Gobierno al ser el que tiene más escaños y desveló que, en caso de llegar a un acuerdo para que los maoístas vuelvan al poder, él se convertiría de nuevo en primer ministro.

Prachanda aseguró que para él sería "un privilegio y un orgullo" dirigir el proceso de paz nepalí.

En un comunicado, la misión de la ONU en Nepal advirtió ayer de que a partir de mañana "la situación es imprevisible y puede poner en peligro seriamente el proceso de paz".

La representante de la ONU en el país del Himalaya, Karin Landgren, instó a los partidos del arco nepalí a llegar a un acuerdo antes de que la situación se deteriore aún más.

Prachanda presentó en mayo del año pasado su dimisión como primer ministro tras un rifirrafe con el Ejército y la Judicatura.

Desde entonces el proceso de paz nepalí, que arrancó en 2006 con la firma de un acuerdo entre la antigua guerrilla maoísta y el Gobierno entonces dirigido por el Partido del Congreso, se ha mantenido paralizado a causa del frágil escenario político.

Quedan pendientes aún la integración de más de 19.000 ex guerrilleros en el Ejército y la redacción de una nueva Constitución, un objetivo para el que se había fijado un plazo hasta finales de este mes, que ahora podría prorrogarse.

El Partido Maoísta es el grupo con más diputados en la Asamblea, pero una coalición encabezada por los marxistas-leninistas gobierna desde que Prachanda dejó el cargo en mayo de 2009 después de que el Supremo frustrara su intención de destituir al entonces jefe del Ejército, Rookmangud Katawal, a quien acusaba de violar el acuerdo de paz reclutando a nuevos soldados.

Durante los últimos meses, los maoístas han convocado numerosas huelgas para exigir al Gobierno que se disuelva y formar otro Gabinete encabezado por ellos.

Varios partidos exigen al Partido Maoísta que desmantele la red política que ha tejido durante años con sus juventudes, que consideran "semimilitar" y responsable de forzar a la ciudadanía a secundar sus huelgas.

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