Los pingüinos rey derriban los falsos mitos del amor por San Valentín

  • Irene Sanz Duva.

Irene Sanz Duva.

Madrid, 11 feb.- El amor ha surgido entre Robin y Marian, una pareja de pingüinos rey, todo un ejemplo de fidelidad, motivo por el que el Parque Temático de la Naturaleza Faunia, en Madrid, los presentará al público el 14 de febrero, Día de San Valentín.

Acaban de llegar de Mar de Plata (Argentina) y ya se han integrado en el Ecosistema Polar de Faunia, el más grande de Europa, donde conviven con casi una veintena de pingüinos rey.

Esta especie es la segunda más grande del mundo después del emperador y se caracteriza por la extrema lealtad a su pareja, a la que une un vínculo especial que se mantiene de por vida.

Es poco probable que un pingüino sea "infiel", explican la encargada del Ecosistema Polar, Yolanda, y el cuidador Christian, ni siquiera si se quedan "viudos".

Por ejemplo, Yolanda cuenta el caso de una hembra que murió y su pareja se "apagó" y se alejó del grupo. El "viudo" permanecía en una esquina esperando a su amada, ya que no entendía el por qué de su ausencia.

La tristeza lo llevó a negarse a comer y, al año, murió, dejando a los cuidadores una historia digna de William Shakespeare.

Pero la relación de Robin y Marian, cuyos nombres hacen honor a la pareja protagonista de 'Robin Hood', es, por ahora, más alegre.

Cuando alcanzaron la madurez, a los seis años, Robin cortejó a Marian cantando y regurgitando, para demostrarle que, en el futuro, sabría buscar comida para sus hijos, y lo suyo fue casi "amor a primera vista".

Aunque todavía no se han reproducido, cuando la pingüino Marian ponga un huevo, le demostrará a su 'novio' que es fértil, y su amor quedará sellado para toda la vida.

"Los pingüinos son muy trabajadores", asegura la encargada del Ecosistema Polar, ya que los padres se reparten las tareas durante la incubación, que dura dos meses.

Una vez que la madre ha puesto un huevo, el padre es el encargado de llevarlo encima de sus pies -no anidan- y la hembra se va al mar hasta que nazca el pollito, tras lo cual será ella la encargada de cuidarlo.

Aproximadamente en febrero, por San Valentín, llega la época en la que los pingüinos rey buscan 'enamorarse', por lo que sus trazos amarillentos se volverán más brillantes.

Para ello, más vale que los machos estén atractivos y sanos físicamente, para encandilar a las hembras, explica el cuidador Christian.

Ahora bien, que una pareja de pingüinos rey sea fiel no quiere decir que el macho y la hembra estén todo el año juntos, pues a veces se toman unas "pequeñas vacaciones" -tras la época fértil, en verano- para descansar el uno del otro y reavivar la pasión.

Los más ancianos son Doctor Bob y Nicky, quienes, tras 23 años juntos, siguen tan enamorados como el primer día, afirman sus orgullosos cuidadores.

Un poco más allá, juguetean Micky y Coperfield, dos estadounidenses con una gran diferencia de edad.

"Él es un abuelete", bromea Yolanda, demostrando que el amor no tiene edad, al menos entre pingüinos.

Otro de los falsos mitos del amor que derriban los pingüinos rey es el que dicta que es imposible mantener una relación a distancia, como evidencia el hecho de que hace cuatro años, una pareja llegó a Faunia desde Mar de Plata, pero tuvieron que llevarla a ella a otro parque.

Tras cuatro años alejados, ella volvió a Madrid y, según entró por la puerta, la chispa volvió a saltar entre ellos. Georgia y Jordan desmontaron la leyenda de que la distancia y el amor son incompatibles y dejaron constancia de que su cariño perdura por siempre.

Por último, la teoría de que el amor amansa a las fieras queda patente al observar cómo al rebelde Flipper se le "suavizó" el carácter al quedarse prendado de la dulce Ninja.

"Deberíamos aprender de los pingüinos rey", suspira Yolanda, a pocos días de la fecha universal del amor.

Mostrar comentarios