Luto por la muerte de Rabbani, que la policía afgana atribuye a los talibanes

  • Kabul amaneció hoy en un ambiente de pesar y consternación por el asesinato ayer del ex presidente Burhanudín Rabbani, que la policía afgana ha atribuido a los talibanes aunque los insurgentes niegan su implicación en el magnicidio.

Fawad Peikar

Kabul, 21 sep.- Kabul amaneció hoy en un ambiente de pesar y consternación por el asesinato ayer del ex presidente Burhanudín Rabbani, que la policía afgana ha atribuido a los talibanes aunque los insurgentes niegan su implicación en el magnicidio.

Cientos de personas se congregaron desde primeras horas de la mañana en señal de duelo ante la casa del fallecido, que ejercía de mediador con los talibanes y cuya desaparición en un ataque suicida corta las alas a los esfuerzos de reconciliación en el país.

A primera hora de la tarde ningún grupo se había responsabilizado del atentado, que también segó la vida de otras cuatro personas y del que las autoridades afganas, que han declarado tres días de luto nacional, han culpado al liderazgo talibán, en suelo paquistaní.

"El asesino, Esmatulá, fue enviado por la 'shura' (consejo) de Quetta" dijo a Efe el jefe de la brigada criminal de Kabul, Mohamed Zahir, en alusión al órgano de dirección de los insurgentes, que se encuentra establecido en esa ciudad paquistaní cercana a Afganistán.

"Estamos investigando si (Esmatulá) pudo haber ejercido como ministro durante el régimen talibán" (1996-2001), precisó Zahir, que explicó que el asesino concertó una reunión con Rabbani con el pretexto de que llevaba un "mensaje muy importante de la 'shura'.

Agregó que el asesino contactó para ello con un antiguo ministro talibán, Rahmatulá Wahidyar, que era en la actualidad miembro del Consejo de Paz, que dirigía el asesinado.

Ambos se presentaron así ante Rabbani en su residencia, junto al "número dos" del Consejo de Paz, Stanikzai Masum.

"Rabbani acababa de volver de Dubai y comentaba que estaba cansado, pero el suicida afirmó que el mensaje era muy importante ya que podría tener un efecto positivo para la tarea del Consejo de Paz, y debía entregárselo en persona", afirmó Zahir.

Según el responsable policial, nadie en la casa de Rabbani registró al insurgente talibán, como signo de respeto y buena voluntad del Consejo de Paz, y Esmatulá activó la carga explosiva que llevaba en su turbante al acercarse a saludar al expresidente.

La responsabilidad talibán en el asesinato fue, no obstante, desmentida por uno de los portavoces del movimiento insurgente a la emisora local Azadi, que se había hecho eco de una presunta reivindicación del crimen por parte de los insurgentes.

"En su emisión de esta mañana se ha dicho que los talibanes han asumido su responsabilidad (en la muerte de Rabbani), lo que es totalmente falso", afirmó el portavoz Zabiulá Muyahid

Más allá de su autoría, el magnicidio supone un golpe que puede resultar mortal a las gestiones para incorporar a los talibanes al proceso afgano de pacificación con vistas a la retirada total de las tropas extranjeras en el país, prevista para 2014.

Creado en 2010 por el presidente Hamid Karzai, el Consejo de Paz se había embarcado en conversaciones con representantes talibanes y de otros grupos insurgentes para poner fin al conflicto armado local y frenar el recrudecimiento de la violencia en los últimos años.

Hoy mismo, el Consejo de Paz emitió un comunicado de condolencia en el que se limitó a atribuir el crimen a los "enemigos de la paz", y prometió que hará "todo" cuanto esté en su ámbito para "lograr su visión de alcanzar un futuro pacífico" para Afganistán.

A la incertidumbre sobre el éxito del proceso de reconciliación política se une la preocupación por la posibilidad de que el crimen dispare el encono étnico en el rompecabezas tribal afgano.

Rabbani -que con toda probabilidad será enterrado el viernes, día santo musulmán-, era uno de los principales líderes de la comunidad tayica, originaria del norte del país y rival tradicional de la etnia pastún, de la que se nutre el movimiento talibán.

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