Madrid. Algunas monjas trinitarias votaron en contra de permitir la búsqueda de cervantes


Algunas monjas del convento de las Trinitarias Descalzas de Madrid donde se están buscando los restos del escritor Miguel de Cervantes votaron en contra de permitir la investigación con georradar para localizar las zonas donde podrían encontrarse.
Se lo confesó a Servimedia la madre abadesa de la congregación, sor Amada de Jesús, quien advirtió de que para la siguiente fase de la búsqueda de los restos de Cervantes, posiblemente más invasiva que el georradar, "nos tendrán que informar de lo que se hace y lo que se tiene que hacer, y ya veremos si lo aprobamos o no".
Las 13 religiosas que actualmente componen la comunidad tienen la última palabra para autorizar la continuación del llamado Programa Cervantes, cuyos primeros resultados se presentaron hoy en rueda de prensa: cinco zonas que podrían contener unos 30 nichos y donde se centrarían las nuevas investigaciones para localizar los restos del escritor. "Si nos informan que no va a sufrir ningún quebranto la iglesia, igualmente lo aceptamos. Habría que consultarlo y tratarlo entre nosotras", explicó.
De momento, sor Amada de Jesús no ha reunido a sus compañeras para tratar el tema, pero se procederá como cuando se les solicitó la investigación preliminar. "Cuando nos pidieron lo del georradar lo pusimos en votación y salió que sí", relata.
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Pero no por unanimidad. "Las votaciones por unanimidad son muy raras", se ríe la madre abadesa, quien rehusa especificar cuántas monjas se opusieron ni sus razones, "porque las cosas que se tratan en capítulo no se pueden manifestar", pero reconoce que las hubo.
"Alguna votó en contra, yo no les pregunté por qué. Tendrían sus motivos pero no los manifestaron", indicó. Eso sí, reconoce que en esta primera fase los investigadores "han sido muy discretos" y "no han inteferido nada" en la vida del convento.
Las trinitarias están "segurísimas" de que los restos de Cervantes reposan en las dependencias de su convento, aunque ni de él ni de ningún otro difunto se habla propiamente en el archivo. Sí hay una nota que atestigua que "por el traslado de los cadáveres a la nueva iglesia se pagó tanto" y "por eso sabemos que está aquí".
"Ni nos agrada ni nos desagrada", dijo la madre abadesa acerca de la presencia de tan insigne finado entre los muertos alojados en el convento. "Él decidió que le enterraran aquí, pues muy bien".
Ahora bien, aclara que, aunque muchos grupos de turistas acuden a visitar el convento por este motivo, "como no ponemos cuota, le dan una propina a la señora que lo enseña y ya está". En suma, que "hasta ahora no ha sido ningún lucro para el convento. Al contrario, se está gastando más luz que otras veces", concluye entre risas.

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