Más sobre las torturas iraquíes: colgados boca abajo en la habitación del horror

2 de mayo de 2009. "Algunos detenidos estaban esposados en las oficinas, otros [habían sido] apaleados y confinados en habitaciones cerradas con llave y sin acceso a líquidos. Las herramientas presuntamente empleadas para la tortura tenían marcas de sangre y fueron confiscadas por la unidad [del Ejército de EEUU]". Escenas como ésta se repiten en varios de los documentos que WikiLeaks ha sacado a la luz sobre Irak.

Pero en este caso además de demostrar que los militares estadounidenses conocen las torturas que practica la Policía iraquí, a quien entrena, también se puede leer la frialdad con la que algunos agentes iraquíes tratan el asunto. Cuando los militares estadounidenses hablaron con el jefe de la comisaría, éste respondió que lo sabía y que "apoyaba este método para conducir investigaciones", según el informe del Pentágono.

Parece que los militares estadounidenses se ven atados de pies y manos en casos como éste, pues la única conclusión del documento reza: "La unidad sigue llamando la atención de las autoridades locales iraquíes y proveyéndolas de la asistencia necesaria". Este caso sucedió ayer, como quien dice. Los abusos siguen produciéndose igual que hace seis o cinco años.

Las torturas son una técnica recurrente

10 de febrero de 2004. "[Prisioneros] consumidores de medicinas están siendo torturados especialmente durante horas nocturnas. Los métodos que están usando son vendarles los ojos y colgarles de los pies y cabeza abajo".

29 de mayo de 2005. En esta ocasión se trata de una investigación conjunta con la Policía de Mosul que reveló "tortura/abuso de tres ciudadanos iraquíes capturados". Los exámenes que practicaron a los detenidos mostraban "laceraciones en las muñecas por las esposas, contusiones en la espalda, muslos y caras".

Además, el informe asegura que les colgaron tomándoles de las muñecas para forzar una confesión por actos terroristas. Al menos en este caso se trató de un trabajo conjunto con las fuerzas iraquíes. Aunque no olvides que el primer caso del que hablábamos antes sucedió tres años después, lo que demuestra que los avances son relativos.

Cárceles ilegales

Un documento del 10 de abril de 2006 habla de unas "instalaciones ilegales para detenciones". Y el documento apunta que las instalaciones son del ministerio del Interior iraquí. El personal aparentemente está forzado a permanecer allí, cuatro de ellos "muestran signos de tortura". Aunque el informe no resulta concluyente, sí subraya que existen "al menos tres informes correlacionados con estas instalaciones". En los otros casos también se indicaba que pertenecían al ministerio del Interior y que se trataba de una prisión ilegal.

26 de junio de 2006. "Hay indicios claros de que se cometían violaciones de los Derechos Humanos". El autor de este informe del Pentágono se refiere a una celda de la comisaría de policía de Husaybah, en la frontera con Siria. La escena descrita incluye "grandes cantidades de sangre en el suelo de la celda, cables empleados para descargas eléctricas y una manguera de goma".

El documento indica que el "equipo de transición de la policía es completamente consciente de este asunto" y está trabajando con los líderes de la policía iraquí y está haciendo "todo lo posible" para evitar que la situación se repita.

Septiembre de 2008. "Es un policía iraquí corrupto que torturaba a los detenidos bien para obtener información sobre las fuerzas de la coalición o bien para extorsionar a la familia. Es un miembro de una célula [dedicada a los] secuestros".

Los insurgentes llevan "casas de torturas"

También son numerosos los informes que a lo largo de los años de la invasión de Irak muestran cómo los insurgentes maltratan y torturan a militares y civiles, bien por venganza o también para sonsacarles información.

"El cuarto [de tortura] tiene sangre en las paredes y las ventanas tintadas", describe un documento del 8 de julio de 2007. Un par de años antes, el 17 de septiembre de 2005, la detención de un insurgente cerca de Ramadi acaba con el descubrimiento de un CD con fotografías de torturas y ataques contra personal estadounidenses y de las fuerzas de la coalición.

Otro documento, del 13 de marzo de 2007, cuenta que la casa de un ciudadano iraquí detenido disponía de un "cuarto de torturas con una garrocha [de las que se emplean para el ganado]".

No está claro qué fue primero, si las torturas de la Policía iraquí o la de los insurgentes. Pero ya lo decía uno de los documentos más recientes del Pentágono, de febrero de 2009: si los abusos llegan a oídos de los insurgentes, "esto restaría autoridad a las fuerzas de seguridad iraquíes y les proporcionaría otra base para el reclutamiento"... o también les daría más motivos para atacar.