Muchas CCAA salvan el año 

El norte cuelga el cartel de completo con casi medio millón de camas ocupadas

A falta de visitantes extranjeros, el turismo nacional ha apostado este verano por el norte de España. “Esto parece Benidorm”, aseguran los turistas que optan por la gastronomía y la naturaleza del Cantábrico.

La playa de San Sebastián repleta de bañistas.
La playa de San Sebastián repleta de bañistas.
Iñaki Etxarri

Viernes 20 de agosto. Tras casi una semana de cielo gris y lluvioso, el sol hace su aparición en San Sebastián y unos ‘deliciosos’ 26 grados reciben a donostiarras y visitantes. A media mañana, el aforo permitido de las tres playas de la ciudad, la Zurriola, la Concha y Ondarreta, está casi completo. En los parkings del centro hay colas de más de media hora para encontrar aparcamiento. Prácticamente no hay una plaza libre en los establecimientos hoteleros y las terrazas de bares y restaurantes se llenan al mediodía. La situación es parecida en todo el norte de España y la cornisa cantábrica. De A Guarda (Pontevedra), junto a la desembocadura del Miño en la frontera con Portugal, a Hondarribia (Gipuzkoa), allí donde el Bidasoa separa España de Francia. La España verde ha colgado el cartel de completo este verano. “Casi estamos en las cifras de 2019, antes de la pandemia”, repiten desde las asociaciones de empresarios turísticos. “Y el 90% es turismo nacional”, puntualizan

Madrileños y catalanes, sobre todo, pero también andaluces, vascos que visitan Galicia, asturianos que van al País Vasco o gallegos que se acercan a Navarra. Ahora mismo es complicado conseguir una habitación o una cama libre a orillas del Atlántico o el Cantábrico. Y ello, lógicamente, redunda en los precios, que han subido como la espuma. Luisa vive en Pamplona y junto a su marido y sus hijos pretendía pasar unos días este mes de agosto en la costa asturiana. “Es verdad que lo pensamos tarde, pero hemos tratado de conseguir una habitación para unos días en agosto en Llanes (Asturias) y estaba casi todo lleno. Y lo que quedaba libre estaba a precios desorbitados, entre 250 y 300 euros la noche. Así que tendremos que ir y venir de Pamplona a San Sebastián, Zarautz, Lekeitio o Bermeo, que los tenemos cerca”, explica.

Y es que, como reconocen los propios hoteleros, “en 2020 los precios cayeron y este año empezó con precios a la baja, pero la demanda está siendo muy alta”, cuenta el director de un establecimiento de Vigo (Pontevedra). Así, el precio de las habitaciones “está más caro incluso que antes de la pandemia”. Es la ley de la oferta y la demanda, “nosotros estamos al 90% de ocupación y muchos días este mes de agosto hemos llegado al 100%”, sentencia. Como muestra, la central de reservas por internet, Booking, asegura que “Asturias está a más del 95% de ocupación”. El fin de semana del 15 de agosto apenas había una decena de establecimientos libres en dicha plataforma. El más barato, un 3 estrellas de Gijón, a 119 euros noche para dos personas y sin desayuno. El más caro, un 4 estrellas en la costa que costaba, para dos personas, 450 euros la noche.

"El precio de las habitaciones está más caro incluso que antes de la pandemia. Muchos días este mes de agosto hemos llegado al 100% de ocupación"

Pero no solo es cama. Conseguir mesa en un restaurante, y más con los aforos reducidos por la pandemia, también es complicado en todo el norte de España este verano. “Hace poco más de dos meses estábamos cerrados por la pandemia y ahora estamos completos”, repite el cocinero Pedro Subijana, que ostenta tres estrellas Michelín en su restaurante Akelarre del monte Igueldo de San Sebastián.

Y no solo son los restaurantes de 'alto standing' los que hacen su agosto este año en el norte. Verónica regenta la taberna Xerbera en Beasain (Gipuzkoa), en el interior, a 40 kilómetros de la costa. “Hay una gran presencia de visitantes catalanes y madrileños. Algunos en autocaravanas, otros pernoctando en hoteles... Y pese al mal tiempo que está haciendo y a las restricciones nosotros estamos trabajando muy bien. Bocadillos, raciones...” Y la situación de este establecimiento refleja otra tendencia que se está viviendo el verano del 2021 en el norte. No solo es la costa la que atrae a los visitantes. El turismo de interior también está alcanzando altas cotas de ocupación.

Domingo 1 de agosto, tradicional mercado dominical de productos artesanos de Mondariz (Pontevedra). No hay apenas sitio para aparcar los coches en la localidad, famosa por su balneario y sus aguas medicinales. La plaza es un hervidero. Carmen no da a basto en su puesto de pan y empanadas. A las 12.30 horas ha agotado casi todo el producto que tenía a la venta. “Hacía años que no se veía esto así un domingo”, repite.

Las dos pulpeiras que ofrecen el tradicional pulpo a feira en Mondariz todos los domingos no paran: “A este paso para las 14.00 horas nos quedamos sin pulpò”. Mientras, José, natural “de Córdoba” se afana junto a su esposa Carmen y su hija del mismo nombre en saborear la tabla de pulpo con aceite y pimentón. “Esto no lo tenemos en Córdoba y hay que aprovechar”, dicen, “en veranos anteriores nos íbamos normalmente al extranjero, pero este año no está la cosa para salir y además hay muchas restricciones y hemos decidido venir a Galicia. Es la primera vez y estamos encantados. Estaremos 10 días en un establecimiento de Moaña y como hoy no hacía día de playa nos hemos venido al interior. Es precioso y además con este fresquito...” Escenas parecidas suceden en Lugo, Ourense o el interior de Cantabria, Asturias o el País Vasco. Hasta el presidente cántabro, Miguel Ángel Revilla, ya cuenta con que “vamos a salvar el verano”. Un poco más allá, pero también en el norte, en Navarra, desde hace semanas es complicado encontrar un establecimiento de turismo rural. “Estamos casi al completo, entre el 90 y el 100%”, cuentan desde la patronal hotelera del viejo reino.

El fin de semana del 15 de agosto, coincidiendo con la tradicional festividad de la virgen y este año además, con la ola de calor que asoló el centro y sur de la península, en el norte de España, a orillas del Cantábrico, con juna temperatura que apenas sobrepasaba los 20 grados, se colgó el cartel de completo y las cerca de 500.000 camas ofertadas desde el País Vasco hasta Galicia se ocuparon al 100%. “Ese fin de semana llenamos”, aseguran fuentes del sector turístico. “Pese a que el mes de agosto no está siendo muy soleado no nos podemos quejar de la ocupación durante todo el mes”. Desde la patronal no quieren aventurar ni el número total de pernoctaciones ni los ingresos que éstas supondrán, pero si adelantan que “el turismo nacional es el que está apostando por el norte, debido a la situación extranjeros hay muy pocos, y eso permite mantener nuestra actividad y asegurar miles de puestos de trabajo”.

Según datos recogidos por la patronal hotelera Hosteltur, en lo que llevamos del mes de agosto, la ocupación hotelera en Galicia se acerca al 85%, “con poco turismo extranjero, incluso en el Camino de Santiago”, según el Clúster del Turismo de Galicia. En el País Vasco, según datos facilitados por las asociaciones de hosteleros de Vizcaya y Guipúzcoa, la ocupación para todo agosto es del 75%, más de 20 puntos por encima del año pasado. En el turismo rural llega al 89%, incluso más alto que en 2019. En Cantabria, las asociaciones de hostelería y turismo rural esperan mejorar las cifras de julio y las del año pasado, cuando se llegó al 70% de ocupación en agosto. Hasta el día 15 "estuvo prácticamente completo", según el presidente de la Asociación de Turismo Rural, Jesús Blanco. En Asturias, la patronal hotelera Otea no tiene datos precisos de ocupación en la primera quincena, pero sí señala que está por encima de la de 2020, cuando se alcanzó el 70%. El norte de España pone el cartel de completo. Y un ciudadano donostiarra, que ve las calles y playas de su ciudad repletas de visitantes dice con cierta sorna: “Esto parece Benidorm. Está de bote en bote”.

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