Media Luna Roja rechaza hablar de guerra para describir la situación en Siria

  • El secretario general de la Media Luna Roja en Siria, Jaled Erksoussi, rechazó hoy utilizar el término "guerra" para describir la situación en el país y expresó su deseo de que la agitación actual pueda encauzarse en el futuro.

Ginebra, 30 nov.- El secretario general de la Media Luna Roja en Siria, Jaled Erksoussi, rechazó hoy utilizar el término "guerra" para describir la situación en el país y expresó su deseo de que la agitación actual pueda encauzarse en el futuro.

"Ahora mismo en Siria no hay una situación de guerra, aunque el ejército se esté movilizando y respondiendo. Pero no es una guerra", dijo Erksoussi en una entrevista con varios medios de comunicación en Ginebra, donde asiste a la XXXI Conferencia Internacional del movimiento de la Cruz Roja y la Media Luna Roja.

"Esperamos que la situación en Siria sea menos agitada y que todo vuelva a la normalidad otra vez", manifestó Erksoussi, que rechazó hacer una lectura política del conflicto porque va en contra de los principios de independencia y neutralidad de la organización.

"No tenemos un análisis político sobre la situación, pero desde un punto de vista humanitario siempre esperamos que termine pronto el sufrimiento del pueblo. Ese es nuestro mandato y eso es lo que esperamos", agregó el responsable de la Media Luna Roja.

Más de 3.500 personas han muerto en Siria desde el pasado mes de marzo, víctimas de la represión del ejército y las fuerzas de seguridad del Estado de las manifestaciones ciudadanas contra el régimen del presidente Bachar el Asad, según datos de la ONU.

Una comisión investigadora independiente, auspiciada por Naciones Unidas, concluyó esta misma semana que se han cometido crímenes contra la humanidad durante esa represión con el conocimiento y el necesario consentimiento de las autoridades de Damasco.

Entre las violaciones de los derechos humanos denunciadas en estos últimos meses figuran la detención y tortura de personas heridas en las manifestaciones durante su traslado a los centros sanitarios o una vez que son ingresados en los hospitales.

Erksoussi señaló que no puede comentar la presunta detención de personas hospitalizadas -"nosotros no gestionamos hospitales"- y fue ambiguo cuando se le preguntó si tenía constancia del arresto de personas cuando eran atendidas por la Media Luna Roja.

"Siempre negociamos este tipo de cosas con las autoridades, si es que ocurren. Si esas cosas pasan, siempre negociamos con las autoridades el derecho de toda persona de recibir una adecuada ayuda de primera necesidad y una adecuada asistencia médica", contestó.

En cuanto al acceso a los lugares donde se producen episodios de violencia, aseguró que "por lo general" no tienen problemas y que su prioridad es "negociar un acceso más seguro a zonas determinadas".

"La Media Luna Roja trabaja con voluntarios y nos preocupamos por su seguridad. No podemos funcionar si resultan heridos", comentó.

Erksoussi, que comenzó como voluntario en la organización en 1991 y que está casado con una voluntaria, ocupa el cargo de secretario general desde hace un año y tiene claro que negociar es clave para llegar con seguridad y con rapidez a las personas que lo necesitan.

La percepción de la Media Luna Roja como una organización que no toma partido político y que se guía únicamente por el principio de prestar ayuda humanitaria es para Erksoussi la regla imprescindible.

"Encontramos una respuesta más positiva y tenemos un acceso más rápido si la gente sabe que siempre eres el mismo, que siempre actúas de la misma manera y que cumples tu mandato actuando con neutralidad, sin vinculación con terceras partes", argumentó.

La Media Luna Roja siria cuenta en la actualidad con 10.000 voluntarios, que están sosteniendo esta difícil misión humanitaria.

"Dependemos de nuestros 10.000 voluntarios, que están trabajando haciendo turnos. Sus vidas han cambiado, porque antes venían una o dos veces a la semana y ahora estamos abiertos 24 horas al día, siete días a la semana", explicó Erksoussi.

Disponen de 45 ambulancias y están utilizando también unidades clínicas móviles para prestar ayuda médica de urgencia sobre el terreno, siete de ellas en Damasco, una en Homs y cinco en el resto del país (en Jisr Al Shoughour, Hama, Deir El Zour y Deraa).

Desde el inicio de las revueltas, la organización solo ha sufrido un ataque de gravedad. Fue el pasado mes de septiembre en la localidad de Homs cuando una ambulancia que trasladaba a un hombre herido se vio en medio de un intenso tiroteo.

Un voluntario de 25 años murió una semana después en un hospital de Beirut a causa de las heridas y otros dos resultaron heridos.

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