"Esto debe cesar", dijo Yacoub El Hillo, coordinador humanitario de la ONU para Siria. "Muchos más morirán si el mundo no actúa rápidamente", advirtió.
El funcionario de la ONU hizo estas declaraciones un día después de que convoyes del organismo entregaran los primeros suministros en tres meses en el pueblo sitiado de Madaya, donde la ONG Médicos Sin Fronteras (MSF) dijo que 28 personas habían muerto de hambre desde el 1 de diciembre último.
El Hillo dijo que en Madaya, donde el gobierno de Bashar al Asad ha bloqueado durante seis meses el acceso de ayuda humanitaria, constató que muchos residentes padecían "malnutrición severa", especialmente los niños, muchos de los cuales estaban "muy delgados, esqueléticos".
El Hillo pidió una iniciativa de la ONU para poner fin al sitio de ciudades sirias en poder de rebeldes, y definió a los bloqueos como "el culpable clave" del sufrimiento, denunciando que se los usaba como "táctica de guerra" por todas las partes en conflicto.
Las Naciones Unidas aseguraron que estaban luchando para poder entregar ayuda a cerca de 4,5 millones de sirios que viven en zonas de difícil acceso, incluidas 400.000 personas que viven en 15 localidades sitiadas.
El Consejo de Seguridad ha aprobado resoluciones en las que se exigía el levantamiento de los sitios, pero las mismas han sido totalmente ignoradas.
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