Netanyahu despide a su padre arropado por los principales líderes israelíes

  • El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, despidió hoy a su padre Ben Sión, fallecido esta mañana a los 102 años, en un funeral al que acudieron los principales líderes políticos, religiosos y militares de Israel.

Jerusalén, 30 abr.- El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, despidió hoy a su padre Ben Sión, fallecido esta mañana a los 102 años, en un funeral al que acudieron los principales líderes políticos, religiosos y militares de Israel.

En la ceremonia, que tuvo lugar esta tarde en el cementerio de Guivat Shaul, a la entrada de Jerusalén, el primer ministro pasó revista a los principales episodios de la vida de su progenitor, desde sus primeros pasos como historiador hasta la muerte de su hijo Yonatán en la operación Entebe de 1976, pasando por sus días al lado del líder revisionista judío Zeev Jabotinsky.

"Nunca olvidaré tu grito de dolor (al informarte de la muerte de Yonatán)", dijo Netanyahu sobre un episodio que marcó la vida de toda la familia.

También alabó su gran visión y espíritu de lucha por el pueblo judío, que le hicieron advertir de una "catástrofe" mucho antes de que comenzara la Segunda Guerra Mundial (1939-1945), en la que el régimen nazi de Adolf Hitler asesinó a seis millones de judíos.

Ben Sión Netanyahu, investigador sobre los judíos en la España Medieval, sobre la que escribió varios libros, falleció la pasada madrugada en su casa en Jerusalén.

Había nacido en Varsovia en 1910 con el nombre de Ben Sión Milikovsky, apellido que hebraizó tras emigrar su familia a la entonces Palestina bajo Protectorado británico en el marco del proyecto sionista.

Según un comunicado de la Jefatura del Gobierno israelí, el primer ministro logró ayer visitarle por última vez.

En el funeral, celebrado de acuerdo al rito judío tradicional, Netanyahu pronunció el "kadish" (oración por los muertos), y un rabino de la sociedad funeraria ("Hevrá Kadisha") le rasgó la camisa, a él y su hermano Ido, en señal de duelo.

Entre los participantes estaban los ministros del Gobierno, los principales mandos militares, los dos grandes rabinos, jueces y otras cientos de personalidades y amigos de la familia.

El presidente israelí, Simón Peres, de una corriente ideológica sionista enfrentada al revisionismo y que era ministro de Defensa en 1976, se dirigió en su discurso al primer ministro para decirle: "tu padre escribía de historia, tú la haces".

Ben Sión Netanyahu fue uno de los defensores del Gran Israel (es decir, al menos el actual Israel y los territorios palestinos) y fuente ideológica del partido Likud que lidera su hijo y actual primer ministro, a quien ha criticado en el pasado por apartarse de los cánones del movimiento revisionista.

En 2004, firmó una petición pública contra el gobierno en el que su hijo era ministro de Finanzas para expresar su más enérgico rechazo a la evacuación de Gaza.

Netanyahu, que reconoce que su padre tuvo una influencia política y personal decisiva en él, abandonó el gobierno al año siguiente, fraccionando el histórico partido derechista israelí en dos formaciones: el Likud y Kadima.

En sus estudios, el historiador tuvo como mentor a Josef Klausner, uno de los grandes académicos e intelectuales revisionistas y tío abuelo del escritor Amos Oz.

Después de enseñar en varias universidades en el extranjero, tras la Operación Entebe regresó a Israel, donde se encontró una fuerte crítica a su obra investigadora sobre la Inquisición española.

En su ensayo "De la Anarquía a la Inquisición" rebatía el consenso histórico sobre los motivos del antijudaísmo en la España Medieval al defender que fueron las clases populares quienes alentaron la Inquisición, y no la nobleza, el alto clero o los Reyes Católicos.

Los conversos, al obtener los mismos derechos que los cristianos, "escalaron puestos de autoridad, incluso en la Iglesia y en el Estado, que despertaron la ira del pueblo hasta la explosión", afirmó en 2005 en una entrevista con Efe.

Ben Sión Netanyahu defendía que los marranos eran cristianos auténticos que trataban de integrarse en la sociedad católica, que no judaizaban, y que, por tanto, no fueron perseguidos por motivos étnicos o religiosos, sino en lo que fue una lucha de clases que obtuvo el respaldo de Fernando el Católico para no poner en peligro la unidad del reino unificado de España.

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