Una novela sin fin: contradicciones sobre hijo de Evo Morales

El hijo del presidente boliviano Evo Morales y su expareja Gabriela Zapata se perfila como una novela sin fin, tras las versiones encontradas entre el gobierno y la mujer sobre la existencia del menor.

La historia mantiene atónito al país, mientras la estatal Defensoría del Pueblo cuestionó días atrás el manejo que hacen políticos y autoridades sobre la situación de la mujer y del niño, y exigió que el asunto se ventile exclusivamente en el ámbito privado.

Lo que comenzó con la revelación del periodista boliviano Carlos Valverde, a principios de febrero, sobre la existencia de la relación amorosa y un hijo como fruto, pronto se tornó en una telenovela, con condimentos políticos, legales y morales y cuyo fin no se avizora en lontananza.

La primera versión por boca del mismo presidente boliviano fue que el niño había fallecido, hace ocho o nueve años, y esta semana el vicepresidente Alvaro García y el fiscal general, Ramiro Guerrero, dijeron que nunca existió.

Tras las declaraciones de García y Guerrero, salió a luz una carta de Zapata enviada al Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ACNUDH), Denis Racicot, y divulgada por la agencia católica de noticias Fides, afirmando que el niño existe.

"Acá se trata de la vida de mi hijo, de su nombre y su existencia que está siendo cuestionada, no quiero imaginar con qué fines", señaló Zapata y luego acotó: "el señor presidente ha ordenado que en el tema que hace referencia al hijo que tenemos en común, tenga carácter de reservado, por tanto estoy impedida de que yo y mis familiares puedan demostrar y hacer conocer la verdad".

El Ministerio de Gobierno confirmó la carta de Zapata, aunque dijo que "denuncia sin pruebas".

Según el Ministerio Público, ella nunca estuvo en el hospital de maternidad que declaró como lugar de nacimiento y que además tramitó un certificado de nacimiento, en el que figuraba Morales como papá, con un documento fraguado del alumbramiento.

A la fecha Zapata, detenida desde hace un mes en una cárcel, es blanco de la artillería oficialista.

"Engañaron al presidente Evo, mintió Zapata a Evo", señaló el vicepresidente García, mientras la ministra de Comunicación, Marianela Paco, disparó sin contemplación: "ha habido una mujer desalmada, mentirosa que le ha mentido a nuestro presidente desde el primer momento", pues nunca hubo tal criatura.

El tema fue de tal magnitud en la opinión pública que tuvo efecto en el referendo de febrero pasado, cuando Morales, en el poder desde 2006, perdió en sus intenciones de habilitarse como candidato para un cuarto mandato consecutivo 2020-2025. Dijo que la oposición había usado el tema para debilitarlo.

Cuando estalló el escándalo, Zapata era gerente comercial de la empresa china CAMC, que en el gobierno de Morales se adjudicó contratos por diferentes obras por unos 560 millones de dólares.

Esto provocó que la oposición afirmara que había signos de "tráfico de influencias", mientras el gobierno gritó a los cuatro vientos que no era así.

Además, persiste en el aire la primera versión de Morales: el niño nació, pero falleció. "A Gabriela Zapata la conocí en 2005, era mi pareja en 2007, tuvimos un bebé y lamentablemente, nuestra mala suerte, ha fallecido. Tuvimos algunos problemas y a partir de ese momento nos distanciamos", afirmó el gobernante, al estallar el escándalo.

"Este hecho generó una red de reacciones. Esto causó un espiral que tuvo y tiene aún diferentes matices que efectivamente giran alrededor de la ética, la conducta moral, paterna y responsable y también la conducta materna responsable", dijo a la AFP el analista político Carlos Cordero.

Empero, él cree que el tema de fondo es "aclarar las denuncias de tráfico de influencias" del gobierno en favor de la firma china CAMC por medio de Zapata.

De acuerdo al analista, el oficialismo tuvo la sagacidad de que el tema deje de ser un asunto político.

"Un juicio político a Evo Morales sólo podría surgir, si se demuestra el tráfico de influencias, pero mientras estemos debatiendo responsabilidad ética, paterna o el tema filial, estos aspectos de telenovela, la posibilidad de un juicio político se aleja", apuntó.

Entre tanto, un juicio contra Zapata por enriquecimiento ilícito avanza lentamente, así como una investigación en el Congreso sobre los contratos de la firma china CAMC en Bolivia.

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