La visita ha tenido lugar apenas un día después de que el primer ministro, Shinzo Abe, enviara una ofrenda ritual con motivo del primer día del festival de primavera, según ha informado la agencia japonesa de noticias Kiodo.
El santuario sintoísta rinde homenaje a los 2,5 millones de muertos japoneses en las guerras de la primera mitad del siglo XX, entre los que se incluye a catorce criminales de guerra ejecutados por sus delitos al final de la Segunda Guerra Mundial.
Abe ha argumentado en varias ocasiones que los condenados por un tribunal establecido por las fuerzas aliadas en la contienda tras la guerra no son considerados criminales de guerra bajo la ley japonesa.
Las visitas de políticos al santuario levantan aún ampollas en las relaciones de Japón con otros países de la región, que han protestado tras cada una de las visitas u ofrendas entregadas por funcionarios del Gobierno nipón.
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