Mientras el equipo de Ada Colau congela las horas extras de la Guardia Urbana de Barcelona el líder del sindicato Sapol es tajante: "Los manteros de La Rambla están cada vez más crecidos y, como todo siga como en las últimas semanas, al final seremos los agentes los que nos esconderemos de los ambulantes, esto empieza a ser el mundo al revés", explica Marcos González. "La gestión municipal de la Guardia Urbana está comprometiendo la seguridad de los ciudadanos", asegura.
El equipo de la nueva alcaldesa asegura que días antes de las elecciones Trias elevó de 12 a 22 euros el pago por las horas extras y dicho aumento no estaba presupuestado. Según fuentes consultadas por El Mundo, mientras buscan equilibrar las cuentas, los despliegues que requiere la ciudad en las horas punta y en los cambios de turno parecen ser insuficientes.
Desde el ayuntamiento transmiten tranquilidad y aseguran que el dispositivo actual de la Guardia Urbana es el ordinario y es suficiente para garantizar la seguridad en la ciudad.
"No puede ser que el jueves detengamos a 16 personas en el Sónar por traficar con drogas y el viernes nos ordenen que tenemos que marcharnos", afirma una fuente anónima a El País. Ada Colau se ha encontrado su primera bomba de relojería de manos de Trías, pero se puede encontrar con un mal enemigo si se enfrenta a la guardia urbana. Aunque la alcaldesa no sienta una gran pasión por los agentes de seguridad estos siempre se echan en falta cuando no están. Las horas extras y el trato de Colau a las fuerzas del orden y viceversa va a traer cola.
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