Portugal ve en las amenazas de la ONU un "aviso serio" a los golpistas

  • El ministro de Exteriores portugués, Paulo Portas, consideró hoy las amenazas de la ONU un "aviso serio" a los rebeldes que dirigieron el 12 de abril un golpe contra el Gobierno de Guinea Bissau.

Lisboa, 21 abr.- El ministro de Exteriores portugués, Paulo Portas, consideró hoy las amenazas de la ONU un "aviso serio" a los rebeldes que dirigieron el 12 de abril un golpe contra el Gobierno de Guinea Bissau.

El Consejo de Seguridad de la ONU adoptó hoy por unanimidad una declaración en la que condena el golpe y amenaza con sanciones a sus autores y partidarios de la asonada.

En declaraciones a periodistas en Lisboa, el jefe de la diplomacia portuguesa valoró el mensaje como una "posición muy clara" de la comunidad internacional frente a la junta militar instaurada en el país tras el golpe.

"Obviamente tendrán que responder de sus actos, podrán ser objeto de sanciones y conducen a Guinea Bissau al aislamiento", consideró el mandatario.

Sin embargo, concedió una salida para "aquellos que se aparten del camino (de la violencia) a tiempo" y "comprendan que no es aceptable para nadie en la comunidad internacional ese comportamiento".

"Creo que tendrán un tratamiento diferente", aseguró.

Además, insistió en que "es el momento de volver a la normalidad, a un esfuerzo para hacer un camino a la democracia que garantice la paz y la seguridad".

Guinea Bissau, antigua colonia portuguesa hasta 1974, sufrió el golpe cuando estaba en pleno proceso electoral, a pocas semanas de la segunda vuelta de los comicios presidenciales, prevista para el 29 de abril.

Los sublevados tienen presos al presidente interino, Raimundo Pereira, y al primer ministro, Carlos Gomes Junior, y mantienen en vilo al país de 1,6 millones, cuyo ciudadanos han empezado a huir de Bissau, la capital.

La junta rebelde considera que salvaguarda la soberanía nacional frente al supuesto "acuerdo secreto" entre el Gobierno encarcelado y Angola, que tiene desplegados unos 200 soldados destinados a ayudar en la reforma del Ejército guineano.

La excolonia portuguesa tiene una larga historia de golpes militares e inestabilidad política del país en los últimos años, y ningún presidente ha completado los cinco años de mandato desde el año 2000.

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