En la iniciativa los profesionales han trabajado conjuntamente con los alumnos del Curso de Experto Universitario en Urgencias y Emergencias de la Escuela Internacional de Ciencias de la Salud, que con este ejercicio se enfrentan a la prueba final que evalúa su aptitud para enfrentarse a las situaciones más complicadas que puede afrontar un sanitario.
"Los enfermeros han tenido que clasificar y asistir a más de 60 víctimas de distinta consideración: desde heridos muy graves, por la explosión y la contaminación química de la bomba terrorista, a afectados por el accidente de tráfico y por la estampida de personas huyendo", ha explicado José María García de Buen, profesor de la Escuela Internacional de Ciencias de la Salud que ha coordinado el simulacro.
En la actividad han participado 20 vehículos asistenciales de emergencias sanitarias, entre los cuales hay Unidades de Soporte Vital Básico (USVB), Unidades de Soporte Vital Avanzado (USVA) y Vehículos de Intervención Rápida. Y también han participado 2 unidades de bomberos, 2 hospitales de campaña y 1 puesto de mando unificado.
Los servicios de emergencias han tenido que rescatar, clasificar y asistir a los heridos, lo que supone un verdadero reto para los profesionales novatos. Además, se han visto obligados a redistribuir las fuerzas y actuar ante nuevas situaciones de extrema gravedad que se han desencadenado por sorpresa.
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