Rouco Varela: El Papa pide a los peregrinos de la Javierada que recen por él

Pamplona, 16 mar.- El presidente de la Conferencia Episcopal, el cardenal Antonio María Rouco Varela, ha hecho llegar a los peregrinos que han participado hoy en la última de las dos Javieradas de este año, el mensaje del nuevo Papa Francisco de que recen por él.

"Ayer tuve la gracia de poder decir al Papa que venía a Javier, a la Javierada, y me rogó que pidiese a los fieles presentes que rezasen por él. Así que yo transmito el ruego del Papa a todos los participantes en esta celebración y en la peregrinación", ha señalado Rouco Varela durante la misa que ha presidido en la explanada del castillo navarro de Javier.

La misa ha cerrado este sábado la segunda y última de las Javieradas 2013, celebrada, junto con la que tuvo lugar el fin de semana pasado, bajo el lema "Id y haced discípulos de todos los pueblos".

Las referencias al nuevo Papa Francisco se han sucedido durante la eucaristía concelebrada también por el arzobispo de Pamplona, Francisco Pérez, los obispos de las diócesis cercanas y decenas de sacerdotes, con la participación de los miles de peregrinos que han participado en esta marcha.

En esta ocasión, los peregrinos han completado en un solo día su recorrido hasta el castillo, cuna de San Francisco de Javier, uno de los santos patrones de Navarra.

En una de sus referencias al nuevo Papa, Rouco Varela ha señalado que el Pontífice "quiere llamarse Francisco de Asís, no Francisco de Javier" pero ha indicado que el santo navarro "también es Francisco de Asís" por su manera de vivir la entrega a Dios.

Con el oficio religioso ha finalizado la segunda marcha, en la que han participado miles de peregrinos que, desde diferentes puntos de la geografía foral, han llegado al castillo de Javier, a más de cincuenta kilómetros de Pamplona.

El origen de estas marchas se remonta al siglo XIX cuando, en 1885, una epidemia de cólera asoló la región y la Diputación Foral invocó a San Francisco Javier para que librara al pueblo navarro de aquella terrible enfermedad, ofreciendo a cambio la promesa de que todos caminarían en procesión si se cumplían sus ruegos.

El Santo respondió a la súplica, y fue así como nació esta popular tradición conocida con el nombre de "Javierada".