De él, el Pontífice ha destacado que era "el párroco de los lejanos" y trataba de poner en práctica "un método de apostolado válido para todos" pero centrado en las periferias y en los pobres.
Francisco ha hecho estas reflexiones durante la peregrinación a las tumbas de los sacerdotes en proceso de beatificación don Primo Mazzolari, en Bozzolo (Diócesis de Cremona), y de don Lorenzo Milani, en Barbiana (Diócesis de Florencia).
Al reflexionar sobre el comportamiento que deben tener los sacerdotes, el Papa ha señalado que "el sacerdote no es alguien que exija la perfección, sino que ayuda a cada uno a dar lo mejor de sí". Así, ha instado al clero a vivir "como un sacerdote pobre" y no "como un pobre sacerdote" como lo hizo don Primo Mazzolari, que ha calificado como "predecesor de la Iglesia en salida".
Para el Papa, Don Mazzolari "era un párroco convencido de que 'el destino del mundo se madura en las periferias', e hizo de la propia humanidad un instrumento de la misericordia de Dios". Por ello, ha destacado que "los párrocos son la fuerza de la Iglesia en Italia" y les ha pedido que no reduzcan a un "puro rito" los sacramentos.
En esta línea les ha pedido que sean pastores "contundentes y exigentes" en primer lugar consigo mismos, y les ha invitado a "escuchar el mundo y a los que viven y trabajan en él para hacerse cargo de cada situación sin miedo a cruzar los desiertos y las zonas de sombra".
"Así podemos hacernos Iglesia pobre con los pobres, la Iglesia de Jesús", ha especificado. Finalmente, el Papa ha destacado que "Don Mazzolari no era alguien que se lamentara por la Iglesia del pasado, sino que trataba de cambiar la Iglesia y el mundo por medio del amor apasionado y de la dedicación incondicional".
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