Sanitarios del Ramón y Cajal pagan a sus compañeros para no afrontar un posible caso de ébola sin medios

    • Profesionales del Hospital Universitario Ramón y Cajal de Madrid han firmado una circular en la que manifiestan su disconformidad con los materiales que les ha proporcionado la Consejería de Sanidad para tratar a pacientes con ébola.
    • Hay sanitarios que prefieren pagar a sus compañeros para que trabajen por ellos con tal de no tener que enfrentarse a un posible caso positivo en esas condiciones.
Escrito de los sanitarios del Ramón y Cajal en el que manifiestan su disconformidad a tratar un caso de ébola sin los medios adecuados
Escrito de los sanitarios del Ramón y Cajal en el que manifiestan su disconformidad a tratar un caso de ébola sin los medios adecuados

"Manifiesto no haber recibido la formación, aprendizaje y destrezas necesarias e indispensables para la prestación asistencial, a la que tienen derecho los pacientes con posible sospecha de ÉBOLA"

Este es el escrito que circula entre los sanitarios del Hospital Universitario Ramón y Cajal de Madrid. Indignados, desprotegidos y desvalorados. Así se sienten los profesionales de este hospital madrileño ante la crisis desatada por el primer caso de ébola contraído fuera de África. Cuando se confirmó el pasado lunes que una auxiliar de enfermería que atendió a los religiosos Miguel Pajares y Manuel García Viejo dio positivo por ébola, las autoridades han comenzado a proveer de material a los hospitales para hacer frente a un posible caso positivo. La falta de un protocolo a la altura de las circunstanscias ha llevado a algunos profesionales a pagar por no acudir a trabajar.

Los profesionales sanitarios denuncian que desde que se confirmó el caso de Teresa Romero, Sanidad se ha apresurado a formar al personal sanitario de forma improvisada. "No son cursos de formación, son charlas de demostración durante los turnos de trabajo, lo que obliga a que nos tengamos que cubrir entre compañeros porque no podemos dejar el hospital desatendido", relata una profesional del Hospital Ramón y Cajal a LAINFORMACION.COM

Se tratan de charlas de menos de media hora -"depende de si preguntas más o menos"- impartidos por médicos y enfermeros de medicina preventiva en las que un voluntario se pone el mono protector y un sanitario va dictando los pasos a seguir y supervisando la puesta y retirada del mismo. "Pseudocursillos" de formación que se empezaron a impartir el martes y no antes, a pesar de que este centro madrileño atendió en primavera a un posible caso de ébola, que finalmente dio negativo.

"Con esta charla no estamos preparados para asumir la responsabilidad de no contagiarnosoevitar el contagio", denuncia esta profesional, que transmite la sensación generalizada de muchos de sus compañeros.

Las charlas express no son el único objeto de polémica. Lo más palmario y que más críticas ha suscitado entre los profesionales de la sanidad son los medios que les han proporcionado desde la Consejería para tratar a un paciente con ébola. Se trata de un traje de nivel 2 (mínima protección aprobada por la OMS) que consta de un mono de tela con capucha, unos guantes, una mascarilla, unas calzas de plástico y cinta de carrocero. Sí, cinta de carrocero. Ese es el sistema de sellado con el que cuentan los sanitarios del Ramón y Cajal para no dejar partes expuestas al virus.

"Cuando hemos hecho la demostración y te tiras de la cinta, el traje se rompe. Me dijeron que si eso me pasa en un caso real lo tengo que notificar, porque sería un caso de contagio. Así sin más", explica una de las asistentes al curso.

La desprotección a la que están expuestos estos profesionales es tal que prefieren no acudir al puesto de trabajo para evitar enfrentarse a un escenario incierto. "Hay compañeros que están pagando para que les hagan el turno o madres que están cogiendo excedencias por miedo, porque no quieren arriesgarse a contagiar a sus hijos. Por mucho que quieran tranquilizar, bajo estas medidas no se pueden hacer las cosas bien".

Los trajes no son seguros y suponen una exposición temeraria para los profesionales encargados de contener el contagio entre la población. Ese es el comentario repetido como un mantra en los corrillos que surgen en el hospital universitario madrileño del Ramón y Cajal, que es el hospital de referencia del Aeropuerto de Barajas. Es decir, sería el centro al que se derivaría, por ejemplo, a un viajero procedente de un país africano afectado por ébola, como Sierra Leona, Liberia o Guinea, y que presentase síntomas relacionados con el virus (fiebre alta, vómitos, diarrea, dolor de garganta).

Otras de las deficiencias del protocolo sanitario que denuncian los sanitarios del Ramón y Cajal es la falta de duchas químicas o de pulverización. En lugar de utilizar un bidón con desinfectante para limpiar los trajes, desde la dirección del hospital les recomiendan que empapen unas compresas en solución clorada (lejía) y se limpien los brazos, axilas y pliegues de la piel.

"Mientras una ministra tenga un jet privado una enfermera no tiene que estar con una mierda de capucha", subraya indignada a LAINFORMACION.COM una de las sanitarias que ha firmado el escrito de denuncia que encabeza este reportaje.En Galicía, el 'kit de la risa'

En Galicia, los sanitarios destacan que la improvisación también define el protocolo de seguridad a seguir. En el Hospital Universitario de A Coruña se les ha proporcionado a los sanitarios un "kit de risa" equipado de una bolsa de plástico grapada con una bata, unos guantes y una mascarilla especial (de mayor grosor que una normal), acompañada de un libro de instrucciones. "De momento no hemos recibido cursos para enseñarnos a ponernos el traje, tenemos una reunión el martes", cuenta a la LAINFORMACION.COM una profesional del centro.

Según el relato de esta sanitaria de la planta de infecciosos de dicho centro, únicamente se ha distribuido por intranet (plataforma on line interna) un formulario explicativo sobre "el equipo básico para manejar un posible caso confirmado de ébola". "Parece un pinta y colorea de niños pequeños", resalta con cierta sorna.

Los diferentes trajes contra el ébola

Mucho se ha hablado de los diferentes trajes para atender a enfermos contagiados por ébola. La OMS establece cuatro categorías clasificables según la seguridad requerida por la enfermedad. El ébola está categorizado como nivel 4, el máximo requerimiento de seguridad, sin embargo considera suficientes equipos de nivel 3. Estas son las diferencias entre los distintos Equipos de Protección Individual (EPI):

NIVEL 2

Según el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad este tipo de trajes debe constar de "elementos barrera", que "deben estar disponibles en los centros sanitarios a los que puedan llegar pacientes sospechosos de Enfermedad por Virus de Ébola". Dichos elementos, son:Mascarilla quirúrgica (si se está a menos de un metro del paciente o para realizar cualquier procedimiento).Doble guante: preferiblemente nitrilo o látex (estéril si el procedimiento clínico lo exige)Bata desechable de manga larga que cubra la ropa o equivalente (que será impermeable en caso de riesgo de contacto con sangre o fluidos corporales o riesgo de salpicaduras), preferiblemente con apertura posterior.Calzas (que serán impermeables hasta la rodilla en caso de riesgo de contacto con sangre o fluidos corporales o riesgo de salpicaduras).Protector ocular: cuando exista riesgo de exposición a sangre o fluidos corporales, máscara facial o gafas (con protección lateral cuando deban protegerse de aerosoles).Gorro, cuando exista riesgo de exposición a sangre y/o fluidos.

NIVEL 3

Máscara médica: cubre la boca de gotas de sangre o fluidos corporales. Si el trabajador utiliza un respirador, debe romper la máscara para colocárselo.Filtro de respiración: se lleva un respirador para proteger al usuario de tos del paciente. Según las pautas de la organización Médicos Sin Frontera (MSF), el respirador se debe poner de segundo, después de ponerse el overol.Overol: estos trajes son similares a los utilizados para manejar materiales peligrosos (hazmat) o en ambientes tóxicos. El supervisor del equipo que utilice estos trajes debe comprobar que los trajes no estén dañadosDelantal: es de un material impermeable y se coloca encima como una capa final de ropa protectora.Botas: son de goma y los pantalones se colocan dentro de ellas. Si no hay botas disponibles, los trabajadores deben usar calzados cerrados y resistentes a los fluidos.Gorro quirúrgico: el gorro cubre la cabeza y el cuello. Ofrece un nivel adicional de protección a los trabajadores médicos, dado que impide que se toquen cualquier parte de su rostro mientras atienden a una persona.Lentes protectoras: protegen los ojos de salpicaduras y tienen una cobertura anti empañamiento.Traje base: un traje quirúrgico tradicional, que absorbe líquidos y se limpia con facilidad. Se utiliza debajo del overol. Normalmente está metido dentro de las botas de goma para asegurar que no se expone la piel.Guantes dobles: son necesarios al menos dos pares de guantes, colocados sobre las mangas del traje. Los trabajadores médicos deben cambiarse los guantes entre pacientes, y lavarse las manos cuidadosamente antes de ponerse un par nuevo. Los guantes de trabajo pesado (heavy duty) se usan siempre que los trabajadores necesiten manejar residuos infecciosos.

NIVEL 4

Son los denominados trajes "espaciales", por su parecido a la equipación empleada por los astronautas. Este tipo de equipación está siendo empleada en Estados Unidos y Alemania. Los elementos esenciales son muy similares a los del nivel 3. La mayor diferencia entre uno y otro modelo radica sobre todo en el sistema de respiración autónoma con que cuenta el segundo.

Sanidad considera que los equipos de nivel 3 son suficientes para garantizar la seguridad de los profesionales (el virus no se propaga por el aire, sino por contacto directo) y que son en realidad más prácticos porque permiten una mayor movilidad. Los sanitarios creen que cuanta más seguridad mejor.

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