¡Sin máquinas! Dos diseñadoras demuestran cómo producir con mujeres en Bangladesh

    • Hablan una española y una alemana, creadoras de la firma mallorquina Pla.
    • Trabajan con mujeres bangladeshíes y de forma artesanal.

'Toda la gente involucrada en nuestros procesos de fabricación son personas a las que respetamos. Aprenden, evolucionan con nosotros y se ilusionan con su trabajo. No somos quiénes para dar lecciones a los grandes del sector, pero hay que pensar que otra vía es posible: más manos y menos máquinas', manifiestan a Grazia Irene Peukes y Araceli Iranzo.

Ambas son las fundadoras de Pla, la marca de calzado que ha demostrado que se puede poner en marcha otro modelo de producción en Bangladesh. Incendios, derrumbes, centenares de muertos; cierre de empresas, disturbios en las calles2026

Desde hace unos meses, los trabajadores del segundo exportador textil del mundo después de China se han alzado contra las firmas extranjeras que tienen implantadas sus fábricas en el país. Una ola de protestas que ha llegado hasta el Parlamento Europeo, con el objetivo de mejorar esas condiciones laborales.

Una voluntad que han tenido desde su nacimiento en Pla, firma con sede en Mallorca que ha ilusionando a los artesanos locales. Tanto que cuentan con el respaldo de Cáritas Bangladesh.

Sandalias solidarias

Tras años trabajando como diseñadora para Camper, Irene decidió emprender el vuelo sola, una idea que cobró forma (de sandalia) cuando conoció a Araceli, poco después de que esta dejara su puesto en una empresa de publicidad en Madrid. Juntas lanzaron este original producto, elaborado por mujeres bangladeshíes con una sola tira de yute, y que rematan artesanos mallorquines.

'En Pla trabajamos con 120 artesanos, gente a la que ofrecemos un trabajo más creativo, con el que se involucran y disfrutan', explica Irene. En pocos meses, la firma ha conseguido una fuerte repercusión, llegando a recibir encargos incluso de Japón. 'Poco a poco estamos cambiando las cosas. La gente se interesa cada vez más por este tipo de proyectos. Aunque hagamos pequeños gestos, sabemos que, como mínimo, nuestras artesanas pueden vivir un poquito mejor', concluye.

Elena R. Ballano / Fotos: Carlos Spottorno / Revista Grazia
Mostrar comentarios