Tribunal Supremo EEUU realiza tercer día de audiencia sobre reforma sanitaria

  • El Tribunal Supremo de Estados Unidos realiza hoy su tercer y último día de audiencias sobre la constitucionalidad de la reforma sanitaria de 2010, un asunto que mantiene polarizado al país y podría tener un impacto en las urnas en noviembre próximo.

Washington, 28 mar.- El Tribunal Supremo de Estados Unidos realiza hoy su tercer y último día de audiencias sobre la constitucionalidad de la reforma sanitaria de 2010, un asunto que mantiene polarizado al país y podría tener un impacto en las urnas en noviembre próximo.

En el tercer día de argumentos orales, los nueve magistrados se centrarán en la expansión del "Medicaid", un programa conjunto entre el Gobierno federal y los gobiernos estatales que ofrece ayudas a personas de escasos recursos.

La reforma sanitaria, aprobada sin el apoyo de los republicanos en marzo de 2010, busca ampliar el programa de "Medicaid" a otros 16 millones de beneficiarios, pero eso exigiría además una mayor contribución de los gobiernos estatales.

Se trata de la mayor reforma del sistema de salud de EE.UU. en casi medio siglo y es, de hecho, el triunfo legislativo más importante del presidente Barack Obama en política interna. La reforma llegó hasta el Tribunal Supremo después de que 26 estados entablaran una demanda en su contra.

La parte más polémica de la reforma sanitaria es aquella que exige que la mayoría de los estadounidenses estén cubiertos por un plan de seguro médico a partir de 2014 o afronten una multa.

La sesión del lunes estuvo marcada por un denso debate legal sobre si esa multa constituye o no un "impuesto" y si el Tribunal Supremo puede pronunciarse este mismo año sobre la reforma sanitaria.

En cambio, la audiencia del martes se caracterizó por el escepticismo de los cuatro jueces conservadores del Tribunal Supremo sobre la constitucionalidad de exigir a los estadounidenses la compra de un seguro médico.

El juez conservador John G. Roberts, al frente del Tribunal Supremo, buscó esclarecer si, con semejante antecedente, el Gobierno podría después, por ejemplo, exigir la compra de teléfonos celulares.

En cambio, los cuatro jueces considerados "progresistas" -Ruth Bader Ginsburg, Stephen G. Breyer, Sonia Sotomayor y Elena Kagan- parecieron respaldar los planteamientos de la reforma sanitaria.

Ginsburg se hizo eco de los partidarios de la reforma sanitaria en el sentido de que los contribuyentes terminan pagando los gastos de salud de quienes, hoy por hoy, no tienen seguro médico.

El juez Anthony Kennedy, considerado el "voto bisagra" en el Tribunal Supremo que suele romper un empate sobre líneas ideológicas, señaló que la exigencia de un seguro médico no tiene precedentes en el país y sugirió que la administración del presidente Barack Obama afrontaría una batalla cuesta arriba para "justificar" ese requisito.

En general, los republicanos y grupos conservadores afines se oponen al seguro médico obligatorio y consideran que el Congreso se está extralimitando en su potestad constitucional para regular el comercio interestatal.

Si el Tribunal Supremo deja intacto el seguro médico obligatorio dentro de la reforma sanitaria es muy posible que el Congreso posteriormente quiera también regular todas las transacciones de los estadounidenses "desde la cuna hasta la tumba", sentenció el martes Michael A. Carvin, en representación de quienes han presentado demandas contra la reforma.

El Tribunal Supremo tiene previsto emitir un dictamen sobre la reforma sanitaria en junio próximo, cinco meses antes de los comicios en los que Obama se juega la reelección.

A juzgar por el tenso intercambio del martes entre los jueces y el abogado que representa al Gobierno ante el Tribunal Supremo, Donald Verrilli, no está claro que por ahora Obama tenga ganada esta batalla.

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