Un banquete de gala pone el broche final a las ceremonias de los Nobel

  • Como cada año, un banquete de gala puso hoy fin a las celebraciones de la entrega de los Premios Nobel en Estocolmo, durante el que los homenajeados tomaron la palabra ante los reyes Carlos Gustavo y Silvia de Suecia para agradecer el reconocimiento.

Carmen Rodríguez

Estocolmo, 10 dic.- Como cada año, un banquete de gala puso hoy fin a las celebraciones de la entrega de los Premios Nobel en Estocolmo, durante el que los homenajeados tomaron la palabra ante los reyes Carlos Gustavo y Silvia de Suecia para agradecer el reconocimiento.

Fanfarrias de dos trompetas y música de órgano marcaron el inicio del banquete en el Salón Azul del Ayuntamiento de Estocolmo, con un solemne desfile encabezado por el jefe de ceremonias y dos estudiantes, ataviadas con vestido de gala y gorra.

Tras ellos, el rey Carlos Gustavo abría el desfile, seguido de la reina Silvia, el presidente del comité de la Fundación Nobel, Carl-Henrik Heldin, el resto de la familia real, los laureados y otros acompañantes, que fueron bajando la gran escalinata de piedra que da acceso al salón.

El banquete comenzó tras un brindis propuesto por el rey en honor de Alfred Nobel (1833-1896), científico, inventor, empresario y pacifista que destinó la mayor parte de su herencia a la creación de estos premios.

Este año la reina fue la única mujer de la familia real que asistió a la ceremonia de entrega de los premios y banquete. La princesa heredera Victoria estuvo en Johannesburgo para el funeral del Nelson Mandela, y tampoco se contó con la presencia de princesa Magdalena.

La reina Silvia vestía un elegante traje de gasa rojo salpicado con pedrería en escote, hombros y en disminución hacia las mangas, con el cuerpo drapeado hasta la cintura y volantes al bies, además de una banda azul y una tiara de diamantes a juego con los pendientes de lágrima y un collar.

Con el inicio del banquete se desveló uno de los secretos que se guardan con más celo durante la llamada semana de los Nobel: el menú para los 1.250 comensales.

Abrió el desfile de platos un mosaico de pintada y variación de zanahorias a las trufas de Gotlan, con duxelles de rebozuelos y mayonesa de trufas.

Seguido de una cúpula de rodaballo relleno de cigala, tartaleta de queso fresco y espinacas, coronada por una cigala, col china en terrina, salsa de cigalas y puré de patatas "Almond".

Para llegar a los postres con silueta de chocolate y explosión de nougat y bayas marítimas.

La mesa central en la que tomaron asiento los reyes, el príncipe Daniel -esposo de la princesa Victoria-, el príncipe Carlos Felipe, así como los premiados, personalidades culturales y políticas sueca, embajadores y otros representantes internacionales, estaba adornada con pequeñas flores blancas, amarillas, lilas y rosas.

La ceremonia de entrega de los Premios Nobel establece que los galardonados no pueden hablar, por lo que es en la cena, tras los postres, cuando uno por categoría pronuncia unas palabras.

Peter Higss, que agradeció el premio de Física en su nombre y en el de François Englert, recordó al fallecido Robert Brout, a los que han trabajado en su misma teoría, de la que el bosón de Higgs es una parte fundamental, y a los que durante décadas trataron de probar su existencia hasta que el CERN lo logró el año pasado.

Michael Levitt, premiado en Química con Martin Karplus y Arieh Warshel, se metió al público en el bolsillo comenzado en un trabajoso sueco, y agradeció a la Academia Sueca ser "lo bastante valiente y arriesgada" reconociendo nuevos campos como la biología estructural molecular que "cada vez será más importante en la mejora del bienestar humano".

Randy Schekman, agradeció a la Fundación Nobel que reconozca la importancia de la investigación básica, y recordó que tanto su carrera como la de los otros dos laureados en Medicina, Jim Rothman y Tom Südhof, reposa en esa ciencia de base, que se fundamenta en "la libertad de hacerse preguntas".

Eugene Fama, ganador del Nobel de Economía con Peter Lars Hansen y Robert Shiller, destacó los avances en el campo de teórico de las finanzas en los últimos 50 años y aseguró que es el área con más éxito de la ciencia económica en términos de penetración teórica y aplicaciones en el mundo real.

Las más de tres horas de banquete estuvieron jalonadas de pequeños divertimentos a cargo del trío de ópera Divine, que ofreció números de gran belleza vocal y estética, en los que combinaron temas como "I have a Dream" de Abba, con el Brindis de La Traviata de Verdi o el "Nessun Dorma" del Turandot de Puccini.

Durante el último divertimento, se proyectaron en una de las paredes del Salón Azul lemas como "Promovamos la curiosidad en la mente de los niños" o "Cambiemos el mundo para el bien de toda la Humanidad".

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