Un cura español llega a los cien años y sigue confesando

  • El sacerdote español Julio Muñoz Cuesta cumple mañana 100 años y sigue celebrando misa y confesando en la Basílica de Talavera de la Reina, mientras rememora los tiempos en que para llegar a muchos pueblos tenía que ir en burro.

Miriam Serradilla

Talavera de la Reina (España), 27 sep.- El sacerdote español Julio Muñoz Cuesta cumple mañana 100 años y sigue celebrando misa y confesando en la Basílica de Talavera de la Reina, mientras rememora los tiempos en que para llegar a muchos pueblos tenía que ir en burro.

Don Julio, que ha vivido muchas experiencias, comentó en entrevista con Efe, por ejemplo, que cuando empezó su ministerio nunca habría imaginado que daría misa de cara a los fieles, como ocurre desde que así lo estableció el Concilio Vaticano II en los años 60.

El sacerdote asegura que lo que más le marcó fue la Guerra Civil (1936-39), en la que le tocó luchar con el bando de Francisco Franco en una unidad de zapadores-minadores.

Vio la muerte de cerca cuando una bomba explotó casi junto su cabeza y quedó herido, aunque no de gravedad.

De las trincheras pasó al sacerdocio; fue ordenado en 1941 en un pueblo de Toledo junto a otros once seminaristas en la "primera hornada de sacerdotes después de la Guerra Civil", recuerda con nostalgia.

Durante los primeros años pasó por varios municipios del centro de España, como Talavera, en tiempos difíciles de posguerra, con pueblos mal comunicados y sin carreteras, lo que le obligaba a desplazarse en bicicleta y a veces en burro.

Cuando se jubiló, le ofrecieron la posibilidad de ayudar voluntariamente en la Basílica de Nuestra Señora del Prado de Talavera de la Reina en la que ahora continúa celebrando misa, confesando y ayudando a dar la comunión.

Don Julio conoció diez papados, aunque para él ninguno fue como el de Juan Pablo II, "que ha convencido más que otros a la Iglesia universal y a las religiones cristianas".

A su juicio, "las tradiciones han cambiado" y "la Iglesia se ha ido adaptando a los tiempos". En cualquier caso, él nunca se planteó dedicarse a otra cosa que no fuera el sacerdocio porque "tenía mucha ilusión por ello".

Después de 72 años de ministerio sacerdotal, este cura toledano se siente con fuerzas para continuar su labor y para caminar, dice, solo necesita apoyarse su bastón, pues ya le van fallando las piernas.

Mañana, viernes, celebrará su centenario con sus compañeros de la Casa de la Iglesia de Talavera de la Reina y el sábado se oficiará una misa homenaje en la Basílica.

Don Julio tiene cuatro hermanos, dos varones y dos mujeres; la pequeña va a cumplir noventa y la mayor tiene 103, con lo que todo apunta a que aún le queda tiempo de seguir escuchando pecados bajo secreto de confesión.

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