Un etarra exculpa a otro de un atentado contra la comisaría de Ondarroa

  • El etarra Ibon Iparraguirre ha asegurado hoy en la Audiencia Nacional que Asier Badiola no tuvo relación alguna con el atentado contra la comisaría de la Ertzaintza de Ondarroa (Vizcaya) en 2008, que causó graves daños y heridas de consideración a trece agentes y cinco civiles.

San Fernando de Henares (Madrid), 18 feb.- El etarra Ibon Iparraguirre ha asegurado hoy en la Audiencia Nacional que Asier Badiola no tuvo relación alguna con el atentado contra la comisaría de la Ertzaintza de Ondarroa (Vizcaya) en 2008, que causó graves daños y heridas de consideración a trece agentes y cinco civiles.

Iparraguirre y Badiola, integrantes del comando "Tontor" de la banda terrorista ETA, se enfrentan a una petición del fiscal de 55 años de prisión cada uno de ellos por los delitos de asesinatos terroristas en grado de tentativa y estragos terroristas.

En el juicio que se ha celebrado hoy en la Audiencia Nacional, Iparraguirre ha indicado que Badiola "no participó de ninguna forma" en el atentado, negando sus declaraciones policiales, al ser preguntado por la defensa de Badiola.

Iparraguirre ha dicho que no tenía conocimiento de que Badiola hubiese participado en el atentado de Ondarroa y que las declaraciones policiales que hizo cuando fue detenido se produjeron bajo coacción.

"Pase cinco días muy malos, mientras me torturaban, sin comer ni dormir", ha afirmado Iparraguirre, quien posteriormente ratificó sus declaraciones policiales ante un juez de la Audiencia Nacional.

Por su parte, Asier Badiola, que solo ha contestado a las preguntas de su abogado, ha negado su participación en los hechos y ha ratificado la versión de Iparraguirre, aunque ha indicado que lo conocía, ya que en alguna ocasión lo ayudó "comprándole ropa o prestándole dinero".

Badiola ha precisado que en el momento de la explosión se encontraba en las fiestas medievales de la localidad de Ondarroa y que tuvo conocimiento del atentado porque se lo comunicó su hermano, ya que se encontraba preocupado porque la casa de sus padres estaba en las inmediaciones de la comisaría donde estalló el coche bomba.

Al igual que su compañero, ha manifestado que durante su declaración policial sufrió coacciones y malos tratos, que denunció ante el juez.

Según el relato del fiscal, en agosto de 2008 los dos etarras se dirigieron a Francia para reunirse con Garikoitz Aspiazu, alias Txeroki, quien les dio las instrucciones de que tenían que atentar contra una comisaría de la Ertzainza.

Para llevar a cabo la acción, Txeroki comunicó a los acusados dónde tenían que recoger el coche bomba, señalándoles el aparcamiento del polideportivo de Escoriza.

Una semana después de recibir el encargo, el 21 de septiembre, Iparraguirre, disfrazado con una gorra y una capa, aparcó el coche bomba junto a la entrada de la comisaría de Ondarroa y activó el sistema de iniciación del artefacto.

Además, lanzó dos cócteles molotov, que llevaba preparados, contra la calzada, explotando solo uno de ellos, para evitar que pasaran automóviles.

En la sesión de hoy, han comparecido como testigos ocho agentes, de los cuales tres han indicado que sufrieron heridas graves, que aún están en tratamiento psiquiátrico y que tienen la incapacidad total para trabajar.

Todos ellos han reclamado la indemnización civil que les corresponde por los daños sufridos.

En los próximos días, está prevista la comparecencia de todas las víctimas del atentado contra la comisaría de la Ertzaintza en Ondarroa. EFE

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