Un libro analiza el ascenso social de los charnegos en Cataluña

  • Barcelona.- "Montilla es cojonudo para mil cosas pero no puede ser candidato a la Generalitat; es demasiado pronto para un charnego". Esta cita del ex ministro Jordi Sevilla encabeza "El ascensor, charnegos al poder", un ensayo de Andreu Farrás y Pere Cullell sobre la promoción social de los inmigrantes en Cataluña.

Un libro analiza el ascenso social de los charnegos en Cataluña
Un libro analiza el ascenso social de los charnegos en Cataluña

Barcelona.- "Montilla es cojonudo para mil cosas pero no puede ser candidato a la Generalitat; es demasiado pronto para un charnego". Esta cita del ex ministro Jordi Sevilla encabeza "El ascensor, charnegos al poder", un ensayo de Andreu Farrás y Pere Cullell sobre la promoción social de los inmigrantes en Cataluña.

La obra, publicada por Angle Editorial y prologada por Celestino Corbacho, un extremeño de Valverde (Badajoz) y alcalde de L'Hospitalet de Llobregat durante 14 años antes de convertirse en ministro de Trabajo, intenta ofrecer un análisis "sin prejuicios" sobre la integración de los inmigrantes y sus descendientes llegados a Cataluña y que lograron éxito en su tierra de acogida.

Charnego ('xarnego'), término que nació despectivo para definir al inmigrante de una región española de habla no catalana, sirve de punto de partida a esta obra, la versión en castellano y ampliada de "L'ascensor. L'arribada al poder dels altres catalans", que con esta traducción busca nuevos lectores.

Los periodistas Farrás (Barcelona, 1959) y Cullell (Sabadell, 1962) se acercan a este fenómeno por medio de entrevistas con algunos de estos personajes (algunos de ellos nacidos fuera de España), una destacada lista de políticos, empresarios, artistas e intelectuales.

El aludido presidente de la Generalitat, José Montilla, cordobés de nacimiento, es uno de los entrevistados, y él, junto a otros nombres de éxito -como la modista "favorita" de la Reina, Margarita Nuez; el empresario José Manuel Lara (Planeta); el sindicalista de UGT Josep María Álvarez o el empresario de origen turco Alberto Palatchi (Pronovias), entre otros- ofrecen su opinión acerca de si funciona o no ese "ascensor social".

"No quiero cuestionar el concepto sociológico de ascensor social (...) pero sí que he de decir que la imagen de confort que sugiere el ascensor no se adecúa a la realidad de la inmigración en Cataluña", afirma Celestino Corbacho, que considera que esta comunidad "nunca ha valorado las ascensiones rápidas que no son fruto de la resolución y la perseverancia".

Para la demógrafa Anna Cabré, la potencia cultural y económica de Barcelona capital ha permitido que este mecanismo de ascenso social funcionase mejor de lo que ocurriría en una ciudad más provinciana: "el ascensor sube porque tenemos una estructura muy estratificada".

Para los autores del libro, los cambios que se han precipitado en las sociedades occidentales lo ejemplifica el hecho de que dos hijos de inmigrantes encabecen actualmente sendas potencias mundiales: Barack Obama, descendiente de un keniano, y Nicolas Sarkozy, de origen húngaro, presidentes respectivamente de EEUU y Francia.

De la misma forma, José Montilla se convertía en 2006 en el primer presidente de la Generalitat no nacido en Cataluña, un hito que culminaba un proceso en la promoción de "los otros catalanes" (definición acuñada por Francesc Candel), que con este nombramiento incorporaban a uno de los suyos a la cúspide de la elite política.

En el libro se destaca el papel decisivo que el PSUC tuvo en la integración de sucesivas oleadas de inmigrantes. Montilla, que llegó a Cataluña con 16 años, fue afiliado de este partido antes de pasarse al PSC, con el que se convirtió en alcalde de Cornellá en 1985, donde a pesar de su origen andaluz defendió siempre los postulados catalanistas.

"Que el presidente de la Generalitat sea una persona nacida fuera de Cataluña es la expresión de la gran capacidad integradora (...) y la demostración del ascensor social", afirma Montilla, que reconoce que sólo comenzó a hablar catalán en los años ochenta, pero que nunca se ha sentido rechazado ni forastero en Cataluña.

"Creo en la naturalidad, no en aquellos que dan pasaportes de catalanidad en función de afinidades ideológicas. Para ser catalán tampoco has de renunciar a sentirte también español", explica Alberto Fernández Díaz, líder del PP en el Ayuntamiento de Barcelona e hijo de un militar afincado en la capital catalana, que reconoce tener todo lo que es "políticamente incorrecto" en Cataluña: "el castellano como lengua materna, soy del PP y además del Espanyol".

En las antípodas ideológicas está Joan Ridao (Rubí, 1967), secretario general de ERC -hijo de un almeriense y una vallisoletana que llegaron a Cataluña en la postguerra y que "reconstruyeron" por completo su identidad. Para Ridao, la lengua es "por descontado" uno de los elementos que marcan el significado de ser catalán, aunque también "una determinada manera de hacer y de ser".

Como contrapunto a estos ascensos sociales de los "recién" llegados, el libro incluye un anexo con los "vips catalanes", que demuestra que en la última década no se ha producido una variación destacada del origen geográfico de quienes ocupan algunos de los puestos más importantes de la sociedad catalana: siguen siendo una "minoría bastante pequeña" los nacidos fuera de Cataluña.

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