Un modelo matemático ayuda a usar mejor tratamientos contra el dolor crónico

  • Valencia, 14 dic. Investigadores de la Universidad Politécnica de Valencia (UPV) y de la Clínica Universidad de Navarra han desarrollado un modelo matemático que ayuda a aplicar mejor los tratamientos que emplean radiofrecuencia para paliar dolores crónicos.

Valencia, 14 dic. Investigadores de la Universidad Politécnica de Valencia (UPV) y de la Clínica Universidad de Navarra han desarrollado un modelo matemático que ayuda a aplicar mejor los tratamientos que emplean radiofrecuencia para paliar dolores crónicos.

El modelo describe el comportamiento eléctrico y térmico de la ablación por radiofrecuencia bipolar pulsada, procedimiento usado actualmente para tratar dolor crónico.

Creado en colaboración con la empresa Neurothem, permite a radiólogos y anestesiólogos conocer mejor la técnica que están empleando, lo que redunda en el bienestar del paciente al hacerla más segura y eficaz.

Enrique Berjano, investigador del Departamento de Ingeniería Electrónica de la UPV, ha explicado que el modelo ha permitido el estudio comparativo entre la ablación pulsada y la continua, ambas empleadas por anestesiólogos y radiólogos en el tratamiento del dolor crónico.

Según Berjano, al aplicar la ablación los neurólogos desconocen lo que se produce dentro del tejido neuronal y la distancia que debe haber entre los electrodos para llevar a cabo el procedimiento, lo que les lleva a tomar decisiones "de manera intuitiva".

El investigador ha indicado que el modelo matemático desarrollado no es predictivo ni sirve para decir al médico que use unos determinados parámetros, pero sí le sugiere qué pasará si aumenta o disminuye la distancia entre los electrodos, ya que la temperatura y el campo eléctrico en el tejido también variará en función de ello.

Los facultativos, según Berjano, utilizan en el caso de la ablación pulsada los mismos parámetros que en la ablación continua, cuando no debería ser así, y con el método matemático desarrollado "intentamos hacerles ver que la distancia óptima entre los electrodos es distinta en ambos casos".

Sobre la clave para reducir el dolor, los investigadores apuntan que los fenómenos reales que permiten dicha disminución no se conocen realmente en la actualidad, aunque se ha sugerido que el fenómeno de electroporación o los picos de temperatura alrededor de las puntas de los electrodos pueden tener un efecto importante.

"Nuestro modelo permite estudiar con detalle la ocurrencia de cada uno de estos dos efectos de forma rápida, económica y segura para el paciente", añade Juan José Pérez Martínez, investigador también del Departamento de Ingeniería Electrónica de la UPV.

Para implementar el modelo matemático se hacen simplificaciones de la situación física real, se aplican ecuaciones que describen los fenómenos eléctricos y térmicos en los tejidos neuronales implicados y, por último, se llevan a cabo las simulaciones por computador para ver qué efecto tienen aquellas variables que el médico puede modificar (tipo de electrodo, separación entre los electrodos, etc).

Según Juan Pérez-Cajaraville, de la Clínica Universidad de Navarra, donde se está utilizando este método matemático desde hace cerca de seis meses, "el gran éxito de este proyecto se basa en poder combinar la práctica clínica habitual con la bioingeniería médica".

"Este modelo permitirá un uso más seguro y fiable de la radiofrecuencia aplicada al campo del tratamiento del dolor crónico", añade.

Aunque indica que es pronto para ver realmente si los resultados clínicos mejorarán lo publicado, "no cabe duda que entender lo que hacemos llevará a un mayor éxito terapéutico."

El trabajo desarrollado por Enrique Berjano, Juan José Pérez Martínez y Juan J. Pérez-Cajaraville, en el que también ha colaborado Víctor Muñoz, ingeniero biomédico de la empresa Neurotherm España, fue galardonado con el Premio Rafael Hervada a la Investigación Biomédica 2012-2013.

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