El Papa declara venerable a una joven laica española del Opus Dei

EUROPA PRESS

Tras haber recibido al Prefecto de la Congregación para la Causa de los Santos, el cardenal Angelo Amato, Francisco ha autorizado esta mañana la promulgación de los decretos relativos a 12 causas de canonización, entre los que se encuentra el decreto sobre la heroicidad de las virtudes de la joven catalana Montse Grases y los 38 mártires de Albania, asesinados por razones de fe.

Montserrat Grases nació en Barcelona en 1941, en una familia católica. Estudió en la Escuela Profesional de la Mujer. En el segundo curso (1957-1958), ya enferma, no pudo asistir a las clases con regularidad, pero igualmente avanzó en los estudios. Aprendió a hacer plegaria en la capilla del centro juvenil Llar de Barcelona. El 25 de diciembre de 1957 solicitó su ingreso como numeraria en el Opus Dei para santificarse en la vida ordinaria.

Tras una caída desafortunada mientras estaba de excursión con un grupo de amigas en La Molina, en junio de 1958, le fue diagnosticada sarcoma de Ewing en la pierna, una enfermedad incurable y mortal a corto plazo.

La primera fase del proceso de beatificación se desarrolló en Barcelona entre 19 de diciembre de 1962 y el 26 de marzo de 1968, presidida por el arzobispo de Barcelona, monseñor Gregorio Modrego. En 1974, la Congregación para las Causas de los Santos decretó la validez de los escritos, y en 1992 la de todo el proceso. La documentación fue sometida a la congregación en diciembre de 1999 para que fuera estudiada. En 2004 se trasladaron sus restos mortales a la cripta del Oratorio de santa María de Bonaigua en Barcelona.

Según ha informado la Oficina de prensa del Opus Dei en Roma, el prelado Monseñor Javier Echevarría, ha agradecido al Señor la causa de beatificación de Montse y ha destacado que fue "una muchacha con una vida breve, pero que ha sido un auténtico don de Dios para quienes la trataron y también para aquellos que la han conocido después de su dies natalis, de su marcha al cielo".

Además, ha señalado que Montse Grases "correspondió desde una temprana edad al amor de Dios en medio del mundo y procuró ser piadosa, trabajar bien _aprovechando sus cualidades_ con afán de servicio, con disposición permanente de atender generosamente a los demás, olvidada de sí misma".

"Siguió fielmente al Señor cuando la llamó a formar parte del Opus Dei y buscó caminar _a través de una existencia común a la mayoría de las mujeres_ muy unida a Él, también mientras padeció un cáncer que le ocasionó la muerte y que le provocaba dolores muy intensos. Intentó acabar con delicadeza sobrenatural sus ocupaciones diarias, por amor a Dios y a los demás, y se propuso acercar sus muchas amistades a Jesús", ha señalado.

"Tengo la ilusión de que el ejemplo de Montse continúe ayudando a muchas chicas y a muchos chicos jóvenes a plantearse una vida de generosa entrega al Señor en el matrimonio, en el celibato apostólico, en la vida religiosa y en el sacerdocio", ha concluido.

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