Se cumplen dos semanas

Se derrumba parte del cono del volcán y aumenta la actividad efusiva

Según información aportada por el puesto de mando avanzado, el derrumbe parcial se produjo hacia las 21.10 horas y, aparentemente, algunas de las bocas eruptivas se han unido.

volcán La Palma tras dos semanas
Volcán La Palma tras dos semanas
EFE

El cono principal del volcán de La Palma ha sufrido en la tarde noche de este domingo un derrumbe parcial de su estructura a la vez que se ha incrementado la actividad efusiva, con la emisión de lava fluida, informó el Instituto Volcanológico de Canarias. Según información aportada por el puesto de mando avanzado, el derrumbe parcial se produjo hacia las 21.10 horas y, aparentemente, algunas de las bocas eruptivas se han unido.

Se observa un mayor caudal de salida de lava, pero discurre por el mismo canal que había hasta ahora y de momento no se han observado nuevas afectaciones por este motivo. Carmen López, del Instituto Geográfico Nacional (IGN), ha explicado a Efe que a lo largo del proceso eruptivo se han producido y se seguirán produciendo episodios de este tipo.

Y ha remitido a las imágenes que aportarán los drones que sobrevuelen el cono en las próximas horas para determinar con más actitud si esa lava proviene de los salideros o del propio cono, cuya actividad es eminentemente estromboliana. Ya por la mañana avanzó que la morfología del cono está cambiando constantemente y que en las últimas horas se había observado más ensanchado y taponado.

La erupción volcánica de Cumbre Vieja sigue 15 días después de que se iniciara con "toda su potencia" sin que los científicos puedan predecir un final cercano y mientras se buscan soluciones urgentes en materia de viviendas, infraestructuras y regadíos. El presidente del Gobierno de España, Pedro Sánchez, ha viajado este domingo por tercera vez a La Palma desde que se iniciara la crisis volcánica para anunciar un plan de ayudas, por un valor total de 206 millones de euros.

Estas ayudas serán aprobadas por decreto ley en el Consejo de Ministros que se celebra el próximo martes y están destinadas a garantizar viviendas, negocios, plantaciones e infraestructuras, así como para paliar el problema de abastecimiento de agua en la isla e intervenir en materia de empleo, agricultura o turismo.

Y es que el abastecimiento de agua se ha convertido en un problema importante en la zona sur de la intersección de la colada, ya que ésta ha destrozado las redes de abastecimiento. Como solución inmediata, mañana llegan a La Palma dos desaladoras portátiles adquiridas por el Gobierno de Canarias mientras que de la Península parte un buque cisterna con una capacidad de 30.000 metros cúbicos de agua.

Asimismo se ha previsto el uso de helicópteros Kamov para transportar agua desde los embalses hasta las zonas agrícolas, muchas de ellas incomunicadas por la presencia de la lava. Este material magmático ha dejado inutilizados 30,7 kilómetros de carreteras por lo que las administraciones también buscan soluciones urgentes a esta incomunicación en la que ha quedado parte de la isla.

La superficie afectada por la erupción volcánica afecta ya a 399 hectáreas de la isla, 52,5 hectáreas más que ayer y con el temor de que siga aumentado dado que este proceso volcánico no ha perdido potencia desde su inicio pasadas las 15:00 horas del domingo 19 de septiembre. La responsable de Sismología del Instituto Geográfico Nacional, Carmen López, ha explicado hoy que se trata de un proceso eruptivo en el que hay alternancias de fases estromboliana y efusiva, lo que conlleva la explosividad junto con la fluidez de grandes coladas de lava.

El volcán tiene varios centros emisores en el interior del cráter y dos en el noroeste, de los que emerge una lava que, para tranquilidad de todos, se ha fundido en una sola colada que transcurre paralela a la que se dirige al mar. 

No obstante, estas coladas están continuamente monotorizadas por si hubiese algún cambio en su avance.

También las emisiones de gases han dado hoy algún sobresalto al tener que evacuar con rapidez a equipos de científicos y dispositivos de seguridad que trabajaban en una zona cercana a la erupción, al constatarse una alteración en uno de los parámetros que se miden para determinar la calidad del aire.

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