Bruselas lleva a españa a los tribunales por el deficiente tratamiento de las aguas residuales


La Comisión Europea denunció este miércoles a España ante los tribunales por no garantizar que las aguas residuales urbanas sean tratadas correctamente, cuando todos los Estados miembro de la UE están obligados a disponer de sistemas de recogida y tratamiento adecuados, dado que las aguas sin tratar plantean riesgos para la salud pública, las aguas interiores y el entorno marino.
España recibió en 2003 un primer aviso en relación con este caso, que afecta a zonas con una población equivalente de más de 10.000 habitantes, según informó el Ejecutivo comunitario.
La Comisión Europea señaló que, “aunque desde entonces se han solucionado algunos problemas, el lento ritmo de los avances” ha llevado al Ejecutivo dirigido por Jean-Claude Juncker, por recomendación de Karmenu Vella, comisario de Medio Ambiente, Asuntos Marítimos y Pesca, a remitir el caso al Tribunal de Justicia de la Unión Europea.
La normativa de la UE que regula el tratamiento de las aguas residuales urbanas data de 1991. Antes de que acabara 1993, los Estados miembro estaban obligados a determinar las “zonas sensibles” donde se requiriera un tratamiento más riguroso de las aguas, entre ellas aquéllas donde se extrae agua dulce para que sirva de agua potable.
Además, antes del 31 de diciembre de 1998 estaban obligados a establecer sistemas adecuados para recoger y tratar las aguas antes de su llegada a esas zonas.
Según la Comisión Europea, España continúa rezagada en la aplicación de la normativa y los informes procedentes de las autoridades españolas indican que “sigue faltando un sistema de tratamiento adecuado” en aglomeraciones (metrópolis y demás ciudades y poblaciones) como Berga, Figueres o El Terri (Banyoles), en Cataluña, o Pontevedra-Marín-Poio-Bueu, en Galicia.
En el caso de otras poblaciones (como Bollullos Par del Condado, en Andalucía, o Abrera y Capellades, en Cataluña), la Comisión considera que los datos facilitados son incompletos o muestran que no se cumplen todavía los niveles exigidos.
La directiva sobre el tratamiento de las aguas residuales urbanas exige que los países de la UE velen por que las aglomeraciones recojan y traten de forma adecuada sus aguas residuales urbanas. Las aguas residuales sin tratar pueden estar contaminadas con bacterias y virus nocivos, lo que plantea un riesgo para la salud pública.
Dichas aguas, además, contienen nutrientes (como nitrógeno o fósforo) que pueden ser perjudiciales para el agua dulce y el entorno marino, favoreciendo así un proceso de eutrofización, es decir, una proliferación de algas que puede causar la asfixia de otros organismos vivos.

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