Brasil, el amanecer del gigante dormido

Brasil respiró confianza, se olvidó de la desgracia del 7-1 y despertó de la siesta en Salvador con un fútbol convincente para avanzar a los cuartos de final de Rio-2016. El gigante dormido parece estar de vuelta.

La seleçao del astro Neymar tenía que rendir ante Dinamarca un examen sometida a las balas: perder o volver a empatar era enterrarse en el infierno cargando las culpas que nacieron en el vergonzoso Mundial-2014 y ganar simplemente le quitaba la presión por el desastre ajeno.

Se cumplió lo segundo apelando al estilo de antaño, que hizo gloriosa la casaca de Pelé a Zico, de Romario a Ronaldo, una cuestión de método que desafió el fútbol pragmático, resultadista y especulativo que se había instalado en el país del 'jogo bonito'.

Brasil goleó 4-0 a Dinamarca en una noche en Salvador (noreste) en la que todo salió perfecto: tuvo la pelota y esta vez sí supo para qué la tenía, y nunca se desvió del objetivo que demandaba ganar jugando bien.

El combinado de Rogério Micale, otro declarado "Neymar-dependiente", le pintó la cara a una desangelada Dinamarca, tan falta de sangre que hasta injustamente le quita valor a la sólida presentación brasileña.

Aparecieron los goles después de los 0-0 amargos ante Sudáfrica e Irak, y detrás de ellos los protagonistas del partido: los Gabrieles, Gabriel Barbosa 'Gabigol' y Gabriel Jesús, las nuevas joyas del fútbol auriverde, y el elegante Luan en la creación.

Apareció y lució, obligando a los francotiradores a guardar sus armas. Hasta ahora su mejor partido en los Juegos Olímpicos y tal vez una de las más brillantes con la '10' verdeamarela.

Participó en la fabricación de los goles, no perdió en los duelos individuales y elaboró el juego colectivo desde su creatividad. Se le resistió el gol, pero el crack del Barça está recuperando la magia que lo llevó a Europa y a ser considerado el pasado como el tercer mejor futbolista del planeta.

"Queríamos ganar desde el principio", dijo Neymar, que se había refugiado en el silencio desde el primer 0-0 en Brasilia.

"A veces los resultados no vienen, el gol no sale, y eso es parte del fútbol. Yo sé que es difícil para la torcida entender eso, pero les pido paciencia, no críticas y si apoyo, porque eso es lo que queremos recibir", destacó el 'menino'.

Falta de ritmo por encontrarse en vacaciones desde finales de mayo, Neymar se fue ovacionado del mundialista Arena Fonte Nova, en medio de aplausos que no recibía desde que ganó la Copa de las Confederaciones de la FIFA un año antes del Mundial, la última alegría de los brasileños.

"Nos encontramos con nuestro juego y podemos seguir por este camino. No hay nada fácil en el fútbol", remarcó el astro.

Colombia terminó segunda en el 'grupo de la muerte', el B, donde Nigeria se impuso.

Los cafeteros aparecerán en el camino de Brasil este sábado en la Arena Corinthians en Sao Paulo, una especie de cuarto capítulo en los cara a cara entre ambas selecciones que comenzó en el Mundial-2014 y tuvo el último en la Copa América de Chile-2015.

En las tres películas Neymar fue protagonista de primer orden: le dijo adiós a la Copa del Mundo, en Fortaleza, al sufrir una fractura de una vértebra lumbar en una durísima falta del defensor Camilo Zúñiga, en el partido de cuartos de final que ganó la 'canarinha' ganó 2-1 y eliminó a Colombia.

El '10' se fue del Mundial, una tragedia que abrió paso a otra tragedia.

Ese mismo año, en un amistoso en septiembre en Miami, volvieron a enfrentarse, con 'Ney' y Zúñiga a bordo. Ganaría Brasil 1-0 con gol del astro brasileño, un partido en el que ambas selecciones se recordaron a patadas lo sucedido meses atrás en el Mundial.

Chile sería escenario de otro encuentro. Colombia ganó 1-0 y Neymar entró en cólera al término del partido. Empujones, insultos, golpes de puño. El '10' fue sancionado con cuatro partidos, una especie de expulsión de la Copa América en la que Brasil fue un desastre.

Ahora la cita es Sao Paulo por los cuartos de final de los Juegos Olímpicos, un partido que tiene una historia con sangre y pondrá a prueba el despertar del gigante dormido.