Grecia se expone a la suspensión internacional de sus equipos de fútbol

Todos los equipos griegos de fútbol (clubes y selecciones nacionales) se exponen a una suspensión de toda competición internacional, tras una reunión este miércoles en Atenas entre el gobierno griego y representantes de la FIFA y de la UEFA sobre la decisión de las autoridades helenas de cancelar las rondas finales de la Copa de Grecia de esta temporada.

El viceministro griego de Deportes, Stavros Kontonis, rechazó dar marcha atrás en la decisión tomada el 3 de marzo, un día después de la semifinal de la Copa de Grecia entre el PAOK Salónica y el Olympiacos, interrumpida por el árbitro debido a actos violentos, mientras que representantes de la FIFA y de la UEFA subrayaron que esa posición podía llevar a una próxima suspensión.

"Hemos hablado sobre la decisión del ministro de suspender la Copa de Grecia. Esta decisión es inaceptable para nosotros", declaró el presidente de la Federación Chipriota, Kostakis Kutsokumnis, uno de los representantes de la FIFA en la reunión.

Kutsokumnis precisó que la FIFA veía de manera positivo la anulación de todas las competiciones de fútbol en Grecia "si existe un riesgo de violencia, pero no centrarse únicamente en la Copa de Grecia".

"Hemos dado una semana como plazo al ministro para que cambie de decisión, pero me temo que eso no pasará", admitió.

La Federación Griega de Fútbol recurrió al Tribunal Supremo para tratar de terminar con la anulación de la Copa de Grecia, estimando que la decisión de Stavros Kontonis era "inconstitucional e ilegal" y que viola las reglas internacionales sobre "la autonomía de las federaciones deportivas nacionales e internacionales".

El 24 de marzo, el PAOK Salónica fue sancionado por la Federación Griega con 5 puntos menos en la liga griega por los incidentes violentos en la ida de las semifinales de la Copa de Grecia. También fue castigado con una multa de 100.000 euros y con tres partidos a disputar como local a puerta cerrada.

Hinchas del PAOK invadieron el terreno de juego, obligando al árbitro a interrumpir en el minuto 89 el partido ante el Olympiacos, en un momento en que bengalas y botes de humo habían sido arrojados al césped.

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