Afellay regresa siete meses después, para no dejar escapar su último tren

  • Siete meses han pasado desde que una lesión de ligamentos le apartó de los terrenos de juego, pero tras reaparecer en la goleada ante el Rayo Vallecano (0-7), el centrocampista holandés Ibrahim Afellay no quiere dejar escapar el que podría ser su último tren para seguir en el Barcelona.

Barcelona, 30 abr.- Siete meses han pasado desde que una lesión de ligamentos le apartó de los terrenos de juego, pero tras reaparecer en la goleada ante el Rayo Vallecano (0-7), el centrocampista holandés Ibrahim Afellay no quiere dejar escapar el que podría ser su último tren para seguir en el Barcelona.

La mala suerte se cebó con este tímido chico de 26 años de ascendencia marroquí. 'Ibi', como le llaman en el vestuario, llegó al Barça en el mercado invernal en 2011, con la vitola de estrella prometedora, auténtico ídolo y capitán del PSV Eindhoven.

Los tres millones de euros que pagó el Barça parecieron irrisorios para un centrocampista ofensivo de futuro esplendoroso, que destacaba por su desborde, desparpajo y polivalencia.

Sus inicios, sin embargo, no fueron fáciles, como ocurre con muchos otros fichajes que deben encontrar su encaje en el peculiar idioma del Barça. La introversión de Ibrahim, quien en su presentación como azulgrana saltó al césped del Camp Nou acompañado de toda su familia al completo, hacían el resto.

En ese segundo tramo de temporada, apenas tuvo continuidad en los esquemas del técnico Pep Guardiola. Solo fue titular en diez de los 30 partidos oficiales en que participó. Sus registros se limitaron a dos goles y una asistencia.

Atascado el partido de ida de semifinales de Liga de Campeones en el Bernabéu ante el Real Madrid, una excelente jugada individual en la que dejó sentado al lateral brasileño Marcelo acabó en el gol de Messi. Aquel día se reivindicó como revulsivo de garantías.

Por ello, nadie se sorprendió cuando, en la final en Wembley ante el Manchester United, Guardiola decidió premiarle con unos minutos en los últimos compases del partido, por delante de otros jugadores como Bojan Krkic, que acabó dejando el equipo a final de temporada.

Tras el verano, y aunque empezó bien la pretemporada con el equipo al disputar cuatro amistosos, sufrió una inoportuna rotura del bíceps femoral de su muslo izquierdo ante el Manchester United en julio, durante la gira norteamericana.

Cuando por fin había regresado al equipo, en un fatídico entrenamiento se rompió el ligamento cruzado anterior de la rodilla izquierda. Aquel 22 de setiembre empezaba su verdadero calvario.

Pocos días después, el 3 de octubre, era intervenido quirúrgicamente por los doctores Cugat y Pruna, quienes le auguraron unos seis meses fuera de los terrenos de juego. En diciembre, mientras su equipo se coronaba como campeón del Mundo, Afellay viajaba a Holanda para seguir progresando en su recuperación.

A partir de ese momento empezó a vislumbrar la luz al final del túnel. El 2 de enero, el tinerfeño Pedro Rodríguez colgaba una foto en Twitter junto a Afellay y Andrés Iniesta, ascendiendo la montaña de La Mola junto al fisioterapeuta Emili Ricart.

Por aquel entonces, el de Utrech volvió a ejercitarse sobre el césped en solitario. Y el 18 de marzo, seis meses después de su lesión, lo hacía con el resto del grupo. Una semana después, entró dentro de la lista para viajar a Milan.

Pero su regreso definitivo se hizo esperar hasta este domingo, ante el Rayo Vallecano. Entró en sustitución de Busquets, en el minuto 73. En diecisiete minutos le dio tiempo a participar activamente en la jugada del séptimo y definitivo tanto.

"Sabes que el momento tiene que llegar algún día, pero no sabes cuándo. Estoy muy feliz", aseguró Ibi tras el encuentro. El holandés sonaba como uno de los jugadores que podía abandonar el club a final de curso. Por eso, en estos últimos partidos puede estar su oportunidad para no dejar escapar el último tren con el Barça y sus opciones para la Eurocopa de este verano con Holanda.

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