Al Atlético sólo le vale la victoria ante un Veszprem con acento español

  • El Atlético de Madrid volverá a someterse mañana (18:00) a una nueva reválida en la Liga de Campeones con la visita a Vistalegre de un Veszprem húngaro con marcado acento español, en un encuentro en el que a los de Talant Dujshebaev sólo les vale la victoria, tras su derrota en la primera jornada ante el Kiel, si quieren seguir aspirando a la primera plaza del grupo B.

Madrid, 13 oct.- El Atlético de Madrid volverá a someterse mañana (18:00) a una nueva reválida en la Liga de Campeones con la visita a Vistalegre de un Veszprem húngaro con marcado acento español, en un encuentro en el que a los de Talant Dujshebaev sólo les vale la victoria, tras su derrota en la primera jornada ante el Kiel, si quieren seguir aspirando a la primera plaza del grupo B.

Para ello, el conjunto rojiblanco deberá despejar las numerosas dudas que volvió a dejar en el encuentro liguero con el Puerto Sagunto y aferrarse al buen arranque de segundo tiempo que protagonizó la pasada semana en la pista del Celje esloveno, donde el Atlético desplegó los mejores minutos de su irregular inicio de curso.

Una tarea a la que deberán contribuir, tras el descanso que les concedió Dujshebaev ante los levantinos, jugadores como Julen Aginagalde, Ivano Balic o Jakov Gojun, así como el lateral danés Nikolaj Markussen, que disputará ante el Veszprem sus primeros minutos de la temporada en la máxima competición continental.

Especialmente importante se antoja el concurso del internacional danés ante la fortaleza defensiva del sempiterno campeón magiar, que remata su siempre aguerrido sistema defensivo, con una de las parejas de porteros más sólidas de la competición, la conformada por el croata Mirko Alilovic y el húngaro Nandor Fazekas.

Una circunstancia que obligará a los madrileños a evitar, más que nunca, las dudas e imprecisiones que han lastrado hasta el momento su juego ofensivo, si no quiere alimentar el veloz juego de contragolpe del Veszprem, una de las facetas del juego en las que más ha mejorado el equipo húngaro desde la llegada al banquillo de Antonio Carlos Ortega.

Contraataque en tendrá un papel fundamental el central español Chema Rodríguez, que volverá a recorrer con sus fulgurantes transiciones la pista de Vistalegre, eso sí, esta vez enfundado en la camiseta del Veszprem y no con la rojiblanca, que el internacional español defendió hasta la pasada campaña.

Una velocidad que también se ha visto acrecentada con la llagada al equipo magiar del exbarcelonista Laszlo Nagy, que evita al Veszprem tener que realizar el cambio ataque-defensa al que le obligaba hasta el año pasado la presencia del cañonero serbio Marko Vujin, ahora en las filas del Kiel alemán.

Sin embargo, la aportación de Nagy, uno de los mejores jugadores del mundo, no se reduce sólo al juego de transición, ya que la presencia del lateral derecho dota al juego ofensivo del Veszprem de una mayor claridad de ideas, sin perder la capacidad de lanzamiento que le aseguraba la presencia de Vujin.

Una visión de juego de la que se aprovechan más que nadie los jugadores de segunda línea, como los pivotes Renato Sulic y el chileno Marco Antonio Oneto, uno de los tres jugadores del Barcelona que han llegado este verano al campeón húngaro, además del ya mencionado Nagy y el extremo internacional español Cristian Ugalde.

Con estos jugadores el preparador Antonio Carlos Ortega intenta ampliar los registros de un Veszprem que trata de combinar el mayor rigor táctico que caracteriza a los equipos españoles, con la fortaleza física, no exenta de calidad, y personalizada en el central Gabor Csaszar, que describía al conjunto magiar.

Una combinación que ha permitido al Veszprem, pese a encontrarse, al igual que el Atlético, en pleno proceso de reconstrucción, saldar sus dos primeros compromisos de la Liga de Campeones con dos contundentes goleadas sobre el Celje esloveno (32-22) y el Constanta húngaro (27-37), que obligan a los rojiblancos a un triunfo, si no quieren descolgarse definitivamente de la lucha por la primera plaza.

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