Neymar puso la velocidad, el desborde y la magia; Messi los goles. El argentino necesita muy poco para batir al portero rival y ante el Milan dio una nueva lección de gol. Primero desde el punto de penalti y después con un toque sutil, soliviantó a un equipo que sufrió más de lo previsto tras colocarse con ventaja en el marcador.
El Barcelona volvía a poner a prueba su fútbol, cada vez más criticado, en el Camp Nou. Quizás por ello, los azulgrana arrancaron con algo más de velocidad que en los últimos partidos, aunque tampoco era algo como 'para tirar cohetes'.
La gran diferencia era que el Barça situó a más jugadores por delante del balón que en anteriores choques y eso obligó a la defensa del Milan a cerrar filas retrasando la línea unos metros. Su única baza ofensiva era la velocidad de Robinho y la compañía de Kaká, pero apenas creaban peligro.
Algo que sí hacía Neymar cada vez que tocaba el balón. Otra vez volvió a ser el más activo y aparecieron las primeras paredes en la frontal con Ineista y Messi. En una jugada de 'tiralíneas', precisamente el manchego metió un balón envenedado al área italiana, Abate agarró levemente a 'Ney' y el brasileño cayó. Penalti dudoso que Messi se encargó de transformar en el 1-0.
Llegaron entonces los mejores minutos del Barcelona, que tenía sometido totalmente al Milan. No había muchas ocasiones de peligro, pero sí al menos ataques con intención de hacer daño al rival.
Fue en una jugada curiosa en la que llegó el segundo gol. Sergio Busquets, goleador poco habitual, remató con la cabeza -en posición de fuera de juego- un centro a balón parado, que tampoco se suele ver en el Camp Nou. 2-0 a pocos minutos para el descanso y parecía que el partido se finiquitaba.
Sin embargo, un error defensivo del Barça permitió el gol del Milan en el tiempo añadido de la primer mitad. Kaká le ganó la espalda a Dani Alves y puso un centro al que no llegaba ningún jugador 'rossonero', pero Piqué tocó lo justo el balón para hacer imposible la estirada de Valdés. Los azulgrana, con el nerviosismo al descanso.
La segunda mitad comenzó con ambos con las líneas más separadas, la amenaza de Balotelli sobre el terreno de juego y un entradón de De Jong sobre Xavi. Había mucho partido por delante en el Camp Nou.
La presión desorganizada del Barça daba cada vez más 'alas' al Milan y Balotelli encontró un 'pasillo' en el carril derecho, ganó la línea de fondo y su centro lo remató Kaká fuera por muy poco ante la desesperación de Víctor Valdés.
El único que puso la réplica en el Barcelona fue Neymar, que lo intentó una y otra vez ante un desesperado Abate. El brasileño estuvo a punto de marcar tras un centro raso de Alves que taponó la defensa y después tumbó a cuatro rivales para perdonar a Abiatti cuando lo más fácil era marcar.
El Milan no quería marcharse de vacío del Camp Nou y se decidió a adelantar las líneas definitivamente. El Barça encontró entonces unos espacios definitivos. Martino dio entrada a Cesc y en la primera que tuvo puso un pase medido para que Messi picara el balón ante la salida de Abiatti para hacer el 3-1.
El Barcelona consiguió una nueva victoria sin brillo, pero aseguró una plaza en los octavos de final. Eso sera en febrero, hasta entonces tendrá tiempo de mejorar.
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