Benzema salva el homenaje a Cristiano en una victoria pobre del Real Madrid (1-2)

Ronaldo pugna por un balón ante Semedo.
Ronaldo pugna por un balón ante Semedo.
AFP.
Diego Mariño

El triunfo en el derbi ante el Atlético de Madrid había enseñado el camino del buen juego al Real Madrid, pero tres días más tarde, las enseñanzas brillaron por su ausencia. Los de Zidane jugaron un partido lento y pobre, en el que ni siquiera un Ronaldo homenajeado en su casa se dignó a aparecer. Benzema salvó los muebles ante un Sporting con 10. Clasificados para octavos, pero con una dura prueba ante el Dortmund por delante. Varane encuentra un premio inesperado

Zidane optó por la misma alineación que goleó y dominó al Atlético de Madrid en el Vicente Calderón, aunque esta vez la fluidez no alcanzó el mismo nivel. Isco estaba en el terreno de juego, pero no creaba juego.

El empuje inicial del Sporting de Portugal en el día en el que Cristiano Ronaldo volvía a casa (tuvo un merecido homenaje en los prolegómenos del partido), fue paliado paulatinamente por el Real Madrid.

No hubo un dominador claro de la pelota. Eso sí, cuando el cuero pasaba por Gareth Bale era sinónimo de peligro

El extremo galés había amenazado con un primer contragolpe neutralizado por la zaga lisboeta, y más tarde pondría dos centros con la etiqueta de 'caramelo' para un Cristiano Ronaldo que buscaba un gol muy especial.

Semedo y Zeegelaar, los espigados centrales del Sporting, impidieron sus tentativas antes de fallar estrepitosamente en una falta lateral provocada por el propio Cristiano Ronaldo. 

Modric la puso, Ronaldo la tocó y Varane se encontró solo delante de Rui Patricio. Le superó por la izquierda e hizo subir el 0-1 al electrónico. Fallo de colegio de la defensa, que reaccionó muy tarde a la hora de tirar el fuera de juego. 

La esperanza de los 'leoes' se llamaba Gelson Martins. El extremo derecho que sorprendió al mundo siendo la peor pesadilla de la defensa blanca en el Bernabéu, había aparecido a cuentagotas, sí, pero siempre con mala intención.

Un centro suyo no pudo rematarlo a gol Dost por muy poco y de sus botas saldría la mejor ocasión para los locales.

Marcelo se comió su regate y le hizo falta en el borde del área. Literalmente, porque los aficionados y jugadores del Sporting reclamaron penalti enfervorizadamente. No lo era. 

Bruno César tomó la responsabilidad y su chut fue casi perfecto. Medio estadio entre el que se incluyó el banquillo del Real Madrid al completo, cantó el gol. Un efecto óptico maligno que devolvió el duelo a la realidad. El marcador no se movió hasta el descanso. Unos 45 minutos que no pasaron a la historia del fútbol por su ritmo e intensidad.Coentrao complica la vida a un pobre Madrid

La segunda mitad comenzó son sustos para los blancos. En plural porque primero Marcelo se dolió de su tobillo, aunque pudo volver al terreno de juego, y después porque Garteh Bale volvió a reabrir su habitual espiral de lesiones.

Al gales le hicieron una entrada en la pierna derecha de la que ya no se recuperó. Cojeaba, pidió las asistencias médicas y se probó, pero no pudo.

Marco Asensio le reemplazó con el madridismo en vilo. En mente, el Clásico del 3 de diciembre en el que bajarían las opciones de ganar sin Gareth Bale en el terreno de juego.

Sin embargo, para eso quedaba mucho. El problema blanco estaba en el presente. El Sporting era dueño de la pelota y no paraba de lanzar centros al corazón del área blanca.

En uno de ellos, Bryan Ruiz intentó una chilena que de salirle hubiera sido una de las imágenes de la jornada europea. Por suerte para el Madrid todo siguió en orden, incluso mejoró, gracias a una tontería de Joao Pereira.

Kovacic le había hecho una entrada al recién incorporado Campbell y Pereira se lo recriminó. Perdió los nervios al lado del asistente y tocó dos veces el estómago del jugador del Sporting. Kovacic no lo dudó y se fue al suelo. 

El árbitro expulsó a Pereira de manera fulminante. La acción era muy dudosa, difícilmente de expulsión, pero lo cierto es que encarrilaba el partido para los de Zidane.

El problema es que Coentrao quiso ser profeta en su tierra. Salió por el tocado Marcelo y tardó pocos minutos en provocar un penalti por mano.

Adrien, el especialista, lo transformó y desató la locura en el José Alvalade. El Sporting seguía remando con 10 y podía remontar el partido.

Carvalho estuvo a punto de hacer el 2-1 de cabeza, pero lo que son las cosas. Del posible 2-1 al 1-2. Un centro de Ramos rematado por Benzema sirvió para desbaratar el embrollo de Lisboa. 

Fue la segunda ocasión clara del Real Madrid en la segunda parte. Lo que habla de la efectividad del equipo, pero también de lo mucho que tiene que mejorar. Los blancos se clasifican para octavos de final y siguen la estela del Dortmund, que venció 8-4 al Legia.

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