Champions League: El Olympique de Marsella pasa a la italiana

A Pazzini no le tembló el pulso y transformó el que puede ser uno de los penaltis más intrascendentes de su carrera. Porque el árbitro portugués Pedro Proenca decidió que ya era suficiente con un gol en el minuto 92 y otro en el 95 para continuar el partido. Decretó el final y la alegría se desbordó en el Olympique de Marsella, derrotado pero con vida en esta Champions.

Francia sigue viva en la Champions League y no es el Olympique Lyonnais el que aguanta la bandera del fútbol galo, toda una noticia. El orgullo y la gloria momentánea se lo lleva el Marsella, acogotado de inicio, suelto en el ecuador del partido, empatado cuando más inocente parecía el Inter pero finalmente risueño y clasificado tras un disparo seco de Brandao. Rompiendo los esquemas que destinaban el encuentro a una prórroga inminente, el delantero brasileño heló al público del Giuseppe Meazza, hasta entonces con la esperanza intacta.

A falta de 15 minutos para el final del tiempo reglamentario, Diego Milito sacó petróleo en el área visitante. Protegió con su cuerpo un balón muerto tras varios rechazos y marcó por bajo. Fue un tanto regenerador para el Inter, hasta entonces de juego oscuro y esquema traspapelado, con Sneijder desaparecido en el enganche. Stankovic y Maicon, desde fuera del área, obligaron a Mandanda a sacar su mejor repertorio bajo palos.

El portero del Olympique de Marsella salvó a su equipo al principio y al final. Sus manos despejaron dos remates francos e inapelables de Sneijder y Milito en un vertiginoso sprint del equipo italiano, enrabietado tras el pitido inicial, solo contestado por el buen hacer a balón parado de los visitantes. Pese a su gran actuación, el guardameta no acabó el partido; vio la segunda tarjeta amarilla tras cometer penalti sobre Pazzini –sustituto de un cansado Forlán- y, como Diawara, se perderá la ida de los cuartos de final.