Dos meses de "Mentalidad ganadora" dejan al Valencia sin margen de error

  • El Valencia llega a los tres últimos partidos de Liga sin apenas margen de error para alcanzar el tercer puesto, dos meses después de que su técnico, Unai Emery, presentara su libro sobre la eficiencia para triunfar, en el que abogaba por una mentalidad ganadora que apenas ha aparecido en este tiempo.

Alfonso Gil

Valencia, 30 abr.- El Valencia llega a los tres últimos partidos de Liga sin apenas margen de error para alcanzar el tercer puesto, dos meses después de que su técnico, Unai Emery, presentara su libro sobre la eficiencia para triunfar, en el que abogaba por una mentalidad ganadora que apenas ha aparecido en este tiempo.

Unai Emery presentó su libro "Mentalidad ganadora. El método Emery" el 5 de marzo, un día después de que el Valencia ganara en Granada por 0-1 con un gol de Sophiane Feghouli.

En aquel momento, el Valencia se preparaba para afrontar los octavos de final de la Liga Europa ante el PSV Eindhoven y era tercero con 43 puntos, con un colchón de seis de ventaja sobre Athletic de Bilbao y Málaga, que contaban con 37.

Ahora, dieciséis encuentros después, el Valencia ha eliminado al PSV y al AZ Alkmaar, para caer en las semifinales de la Liga Europa ante un Atlético de Madrid, que no le dio opciones, le ganó los dos partidos y le metió cinco goles.

La ventaja en la Liga ha sido neutralizada por uno de sus perseguidores, el Málaga, que le ha empatado en la clasificación, lo que ha obligado a que el conjunto valenciano apele a que depende de sí mismo y a la ventaja de la diferencia particular de goles para conseguir el objetivo principal de la temporada de ser tercero.

En su libro, Emery destacaba la mentalidad del que piensa siempre en ganar. "El equipo siempre quiere ganar, aunque la consecuencia no es que siempre gane", señaló en la presentación del libro, escrito en colaboración con el especialista en liderazgo Juan Carlos Cubeiro.

Desde aquel momento, el equipo no ha tenido la suerte de convertir esa mentalidad en resultados, ya que en los dieciséis encuentros que ha disputado desde aquel momento ha logrado cinco victorias, cuatro empates y siete derrotas.

Por lo que respecta a la Liga, donde el Valencia tiene centrada toda su atención, el equipo ha sumado doce de los treinta puntos en juego en un total de diez partidos, registro que únicamente daría para estar en la zona media-baja de la tabla.

Tres victorias, otros tres empates y cuatro derrotas en esos diez partidos han mermado las aspiraciones de un equipo que parecía llamado a garantizar la tercera posición con comodidad.

Ahora tiene el Valencia tres partidos, en casa ante Osasuna y Villarreal y fuera en Anoeta contra la Real Sociedad, para conseguir su objetivo, con la necesidad de lograr los mismos puntos que el Málaga, con el que está empatado a 55, y de no dejarse sorprender por el Levante, que tiene 52, o el Atlético de Madrid, con 49.

Durante estos dos meses, Emery se ha dejado buena parte de su crédito en el Valencia. El debate existente entre sus números y el juego del equipo propiciaba una situación de equilibrio. El fútbol no convencía, pero los números eran poco contestables.

Ahora, el juego no es consistente y las cifras ya no justifican la discreción de un equipo cuyas alineaciones casi siempre sorprenden, cuyos jugadores pasan del ostracismo al protagonismo o viceversa con frecuencia y cuya apuesta creativa se han limitado a la efímera presencia de Sergio Canales entre sus dos lesiones.

Jugadores como Ricardo Costa, Víctor Ruiz, David Albelda, Pablo Hernández, Dani Parejo o Mehmet Topal han pasado en cuestión de días del todo a la nada o de la nada al todo, en una etapa en la que, al menos de manera extraoficial, ha quedado claro que esta temporada, la cuarta de Emery en el club, es su última en el banquillo.

El Valencia apenas se ha mostrado en los últimos partidos clave, como ha ocurrido esta semana ante Atlético de Madrid o Málaga, y en las redes sociales las críticas a Emery han perdido protagonismo a favor del humor con el que parte de la afición se toma al técnico, a pesar de que la tercera posición depende del propio equipo.

Mostrar comentarios