El nuevo reto de Mourinho choca con un calendario de máxima exigencia

  • Mourinho está satisfecho, aunque no lo parezca por el eterno y permanente estado crispación que muestra en sus comparecencias públicas. Ha logrado que el Real Madrid se distancie en tres puntos del Barcelona, la renta mínima con la que quiere llegar al Clásico que se disputará en el Bernabéu en diciembre. Pero para mantenerla deberá superar tres partidos de máxima exigencia… y esperar un nuevo pinchazo de los culés.
Mourinho critica a su afición por no animar
Mourinho critica a su afición por no animar
Aitor Amorós

Mourinho había ideado una pretemporada gracias a la cual sus jugadores iban a llegar en un estado óptimo de forma para el doble enfrentamiento ante el Barcelona. Así sucedió, su equipo se mostró muy superior físicamente a los culés, pero éstos se llevaron el título por fútbol… y por Messi.

El técnico luso, tras este título perdido, se marcó una nueva cita clave en el calendario: la visita de los azulgranas al Bernabéu en la jornada 16, a mediados de diciembre. A ese partido Mourinho se impuso como tarea llegar por delante en la clasificación, y con un margen de puntos de ventaja que le diera a sus jugadores la tranquilidad y la confianza suficiente para plantar cara al Barcelona sin ese complejo de inferioridad que teme que se extienda en su plantilla.

Ahora mismo lo ha logrado, saca tres puntos a su eterno rival, pero en el mes largo que todavía queda hasta esta nueva edición del "partido del siglo" tendrá que hacer frente a un calendario muy duro. Tras el parón por los partidos de selecciones, el Real Madrid disputará cinco partidos de la máxima exigencia, tres antes de la visita del Barcelona.

Mestalla será la primera parada del líder de la Liga. El Valencia de Emery, reforzado tras su victoria en el derbi ante el Levante, es un equipo cada vez más compacto y que espera a los blancos con ganas de venganza tras el 3-6 de la temporada pasada.

El siguiente rival de los de Mourinho será el Atlético de Madrid. Para este duelo, el Real Madrid es el claro favorito por muchos motivos (el equipo rojiblanco es un rival que en los últimos años se le ha dado especialmente bien a los madridistas, ahora mismo está en horas bajas y con un principio incipiente de futura crisis, el choque se disputará en el Bernabéu,…), pero no deja de ser un derbi madrileño, y en esta clase de partidos todo puede suceder.

El último encuentro de los merengues en Liga antes del esperado Clásico será ante el Sporting de Gijón en El Molinón. Será un partido de gran intensidad y desgaste, y el estadio sportinguista volverá a ser territorio hostil para el Real Madrid como lo fue la temporada pasada tras los cruces dialécticos entre Mourinho y Preciado, o la "guerra" que mantuvieron Ronaldo y la grada.

El Barcelona juega un partido más: debe pinchar

Con motivo del Mundial de Clubes que el Barcelona debe disputar como actual campeón de Europa, el encuentro ante el Rayo Vallecano se adelanta al martes 29 de noviembre. Por este motivo, los de Guardiola llegarán a Chamartín con un partido más en su haber, y la posibilidad de, en el caso de ganar todos, disputar el choque en igualdad de puntos.

No termina en el Clásico frente al Barcelona

Esta sucesión de partidos de la máxima exigencia para el Real Madrid no concluirá el fin de semana del 10 y el 11 de diciembre, cuando el mundo se paralice para presenciar el choque entre los dos mejores equipos del mundo en el Bernabéu. Una semana después, en la última jornada antes de que los futbolistas profesionales se marchen de vacaciones por Navidad, los blancos deben viajar a Sevilla para jugar en el Sánchez Pizjuán. Uno de los desplazamientos más complicados cada campaña por el rival y el escenario.

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