Zaragoza, 7 abr.- El reencuentro con la victoria del Real Zaragoza al imponerse al Eibar, que llegó a La Romareda defendiendo el liderato de la Liga Adelante, ha dejado al equipo aragonés con la dualidad de tener que mirar tanto hacia arriba como hacia abajo en la clasificación.
Los puestos de descenso, de los que empezó el domingo a un solitario punto, ahora a falta de nueve jornadas los tienen los zaragocistas a cuatro puntos, mientras que de las cuatro plazas de promoción de ascenso les separan uno más, cinco.
Tras cerrar los meses de febrero y marzo con un paupérrimo bagaje de cinco derrotas y cuatro empates, el equipo aragonés llegó al partido contra los eibarreses con la imperiosa necesidad de hacerse con la victoria si no quería verse envuelto en un lío de imprevisibles dimensiones para su futuro deportivo.
El económico es todavía más incierto y con la venta del club, por los problemas con la justicia de su accionista mayoritario, Agapito Iglesias, sobrevolando cada vez con más fuerza.
El gol de Luis García en el minuto 61 de la matinal del domingo y la defensa a ultranza para no ver perforada su portería permitió al entrenador Víctor Muñoz sumar su primera victoria en tres partidos, pero también para advertir que deben seguir "haciendo camino" para no volver a meterse en problemas.
Ahora confían en haber recuperado la confianza y en ser capaces de ver con optimismo el trabajo que están realizando y que puede dar sus frutos.
Los zaragozanos no conocían la victoria como locales desde que cerraron la primera vuelta de la Liga Adelante, el pasado 12 de enero, derrotando 3-1 al Alcorcón y todavía sumaron otro triunfo en su visita al campo del Mirandés en el último partido del mes de la tradicional cuesta.
Lo que parecía empezar a encarrilarse en busca de presentar su candidatura al ascenso, se torció en los dos meses siguientes y los zaragocistas parecieron haber perdido su rumbo definitivamente, lo que llevó a la destitución de Paco Herrera el pasado 18 de marzo.
Ahora la certeza sigue siendo que todavía les quedan por sumar varias victorias más, entre tres y cuatro según quién realiza los cálculos, para alejar cualquier fantasma que indique el camino a la categoría de bronce. Lo que supone pasar del averno profesional a otro infierno todavía peor el del fútbol fuera de la Liga de Fútbol Profesional.
El zaragozano Víctor Muñoz no quiere ni oír mentar la posibilidad de alcanzar la promoción de ascenso si antes sus jugadores, a los que poco a poco les está inoculando su espíritu de lucha y sacrificio, no se han asegurado la permanencia.
No obstante y dada la tremenda igualdad que reina en la categoría de plata bien puede acontecer que ni la promoción de ascenso ni el descenso queden resueltos hasta el último momento y más de uno que haya estado mirando hacia un sitio deba girar la cabeza rápidamente hacia el contrario.
El Real Zaragoza dio ante los eibarreses, que podían haber apuntalado de manera significativa sus opciones de ascenso directo de haber logrado imponerse en la capital aragonesa, un claro paso adelante en cuanto a su situación en la tabla, aunque todavía deberá seguir aplicándose con intensidad en mejorar sus prestaciones futbolísticas para poder pensar en metas mayores.
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