Evans, líder de la oposición

  • Cadel Evans acaba la primera semana del Tour de Francia como líder de la oposición, el mejor colocado de los favoritos para afrontar al candidato que todo el mundo señala, el español Alberto Contador.

Luis Miguel Pascual

Lisieux (Francia), 7 jul.- Cadel Evans acaba la primera semana del Tour de Francia como líder de la oposición, el mejor colocado de los favoritos para afrontar al candidato que todo el mundo señala, el español Alberto Contador.

Con una renta de 1:41 sobre el madrileño, el australiano está en una situación envidiable para asaltar una carrera que en dos ocasiones se le ha escapado por segundos: en 2007 se quedó a 23 de Alberto Contador y al año siguiente a 58 de Carlos Sastre.

Aventaja en 11 segundos al luxemburgués Andy Schleck, el designado como principal adversario de Contador para la general, un puesto que en la actual composición de la carrera le disputa Evans.

El de 2011 es un Evans renovado, nada que ver con el ciclista de los últimos años. Llega al Tour desde la atalaya de la experiencia de sus 34 años, reforzada por la frescura de una temporada totalmente planteada para ganar la ronda gala.

El australiano ha superado el bache de los dos últimos años, en los que no encontraba la estructura que le permitiera centrarse en el Tour.

El año pasado recayó en el BMC, un equipo dedicado a su gloria, pero la formación estadounidense no estaba clasificada de oficio para el Tour, así que enroló a Evans en el Giro de Italia.

Evans llegó quemado a la carrera de sus sueños y su actuación fue mediocre, acabó vigésimo sexto.

Este año todo ha cambiado. "No pensamos más que en el Tour", afirma el director del equipo, el belga John Lelangue.

Se acabaron los experimentos y las pruebas. Atrás quedaron los equipos preparados para las clásicas e inexpertos en las carreras de tres semanas. Evans ha construido entorno a sí una estructura sólida, una roca con la que pretende asaltar, al fin, su carrera predilecta, su sueño.

Desde su victoria en el campeonato del mundo de 2009 en la localidad suiza de Mendriso, muy cerca de donde tiene fijada su residencia, Evans ha cambiado su mentalidad.

El maillot arco iris le ha despertado a un nuevo Evans, con ganas de romper con el sino de convertirse en el segundón del pelotón, el Pullidor de los tiempos modernos.

Esta temporada ha sido un corredor diferente y su victoria en la Tirreno-Adriático, la segunda tras la lograda en 2006, y en la Vuelta a Romandía, son dos buenos testimonios de ello.

También lo muestra su segunda posición en la Dauphiné por detrás de Bradley Wiggins, una carrera considerada como el mejor test para medir las opciones de victoria en el Tour de Francia.

No ha tenido lesiones ni percances, la preparación ha sido una balsa de aceite, una tranquilidad que se muestra ahora en la precisión, casi matemática, con la que afrontan el Tour.

En el BMC tienen motivos para ver augurios de cambio en su campeón. La victoria lograda el pasado martes en el Muro de Bretaña, conseguida frente a Contador, es un signo y un acicate.

El segundón que siempre se quedaba a un dedo de la victoria derrotó por milímetros a Contador, el eterno campeón. "Fue una inyección de ánimo, de moral para creernos que la victoria es posible, no es una quimera", asegura su director, hijo del hombre que durante años se ocupó de Eddy Merckx.

El director del Sky, Sean Yates, ya no duda en situarle como el principal favorito, porque considera que Contador no podrá restarle la ventaja con la que llega a la montaña.

En el BMC trabajan duro para enfriar la euforia. "Queda un mundo por delante y sería una locura perderle el respeto que se merece a Contador", asegura el mánager del equipo, Jim Ockowizc, sabedor de las dificultades de ganar el Tour de Francia contra el vencedor de las dos últimas ediciones y de la de 2007.

"Para ganar aquí tenemos que hacer la carrera perfecta", reconoce el directivo.

El objetivo de Evans es conservar esa ventaja para cuando llegue la montaña, el auténtico test que desvelará si es un ciclista nuevo preparado para asaltar el poder.

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